TOCA DEMONIO (microrrelato de Carlos Arnau)
Era una tierra vacía, un mundo desierto, un trozo de nada.
El suelo se abrió y el infierno se desató.
Nada de música celestial, nada de bonitos coros.
Del fondo de la tierra apareció un demonio tocando una guitarra eléctrica, sus dedos se movían con una rapidez impresionante, casi no se podían ver.
Entonces, aquel mundo estalló en un sinfín de colores, la vida se cebó allí
mismo, nacieron y crecieron árboles, el cielo fue azul y las nubes lloraron
creando el mar.
El demonio no paraba de tocar su música. Sus alas crearon el viento. Sus ojos -profundos- miraron al infinito y aparecieron pájaros. De su sudor crecieron flores. La vida crecía dentro y fuera de él.
De pronto cayó al suelo y la guitarra se rompió. Su cuerpo se abrió y salió el hombre; aquel nuevo ser miró a las flores y lloró. No se dió cuenta de cómo una de esas flores crecía y crecía hasta sufrir una metamorfosis que la
transformaría en una mujer. El hombre seguía con las manos tapándose la cara y no vió a aquella mujer acercarse a él. Ella quitó sus manos de la cara y el hombre la miró de arriba a bajo.
Los dos estaban desnudos.
Sin saber porqué, la abrazó.
Ya no estaría sólo.
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