BREVE REPASO A CONAN EN LOS DIFERENTES MEDIOS AUDIOVISUALES, parte I, LITERATURA

Conan, El Bárbaro

Hoy en día, cualquier personaje ficticio que se precie debe tener abiertas varias líneas de merchandising, acaparando todo el mercado posible en sus diferentes encarnaciones. Así, un personaje de cómic debe tener su correspondiente línea de juguetes, sus novelas -muchas veces meras novelizaciones del cómic-, su película, su serie de dibujos animados, etc.

Pero si hay algún personaje de ficción que ha resistido en todos esos campos dignamente, y desde el principio, ése es sin duda Conan. Además, el héroe creado por Robert Erwin Howard surgió primero en la literatura, para pasar después al cómic, al contrario de casi todos los héroes actuales de cómic.

CONAN EN LA LITERATURA


R.E. Howard (1906-1936) publicó su primer relato -Lanza y colmillo- en 1925, y en 1926 su primera novela corta, siempre en Weird Tales.

Ya en 1928 aparece la serie sobre Solomon Kane, un puritano inglés, luchador incansable cuyas aventuras le llevan a extraños lugares. Pero es en 1929 cuando empieza la construcción de los relatos sobre un mundo prehistórico, una época muy distante en la historia del hombre, cuyo protagonista sería el rey Kull de Valusia, un antepasado de Conan.

Sin embargo, en 1932, R.E. Howard presenta un relato que le es rechazado; lo reescribe, y cambia al personaje central: acababa de nacer Conan, el Cimmerio, en un relato de su época de rey -lógico, dado el relato original del que provenía.

El primer relato de Conan, "El fénix en la espada", vió la luz en Diciembre de 1932 en la revista pulp Weird Tales. Dicho relato era una reescritura de otro sobre otro personaje, el rey Kull, titulado "Y con este hacha gobernaré", que le había sido rechazado por no contener elementos fantásticos.

Estos relatos de Conan presentaban un mundo de hace unos 15.000 años, posteriores a los grandes cataclismos que habían acabado con la civilización antigua -la época de Kull-, pero muy anteriores a los primeros destellos de la historia escrita, donde la magia es efectiva, y los héroes son reales.

El gran acierto de Howard fue dotar a la serie con una enorme coherencia interna, detallando los diferentes países, razas e idiomas -muy en la línea de lo que posteriormente realizaría Tolkien en El Señor de los Anillos-, así como de una cronología en las andanzas de Conan, sabiendo dónde se encontraba exactamente en cada momento, qué le había sucedido, y qué edad tendría en esa época de su vida.
De todas maneras, en vida de Howard -se suicidó a los treinta años-, de Conan sólo se publicaron unos dieciocho relatos, de aproximadamente las dos docenas que tenía escritos, además de bocetos y borradores para otras historias.

Posteriormente, en los años 50, se empiezan a reeditar los relatos de Conan, por lo que la editorial pide a Lyon Sprague de Camp, uno de los mayores estudiosos de la obra de Howard, que reescriba otras historias de Howard para adaptarlas al universo de Conan. Nace así otra serie de relatos de Conan, de la mano de autores como Linn Carter, y el mismo L. Sprague de Camp.

Bastante años después volverán a aparecer nuevos relatos del héroe bárbaro por excelencia, ésta vez amparados en la popularidad del cómic. En ésta nueva entrega, autores de todos los niveles y todas las tendencias, escriben novelas del bárbaro: Karl Edward Wagner, Roland Green, H. Ellison, Robert Jordan...

(siguiente: cómics)

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