ETÉREO RETORNO (microrrelato improvisado)
Un desarrollo efímero persigue a las constantes lluvias aleatorias que definen un estado, cambiante, eso sí, pero perfectamente factible desde ahora hasta el añorado colapso de las costumbres. Un etéreo sirviente de los huesos amaga con cerrarnos las puertas que dan paso a las convenciones más estrictas que imaginar se pudiera. Por eso, nosotros reculamos hacia la reticulada luz del anochecer, sintiéndo sobre nuestras descarriadas almas el peso de la atribulada esfera de posibilidades; es eso, y no otra cosa, lo que nos da esperanzas en un futuro cuanto menos, disponible a bajo costo de las realidades.
Y así, con ese convencimiento, damos principio y fin la la luz y las tinieblas que envuelven a nuestras acongojadas carcasas, desechables envolturas que cubren a nuestros venéreos espíritus en forma nunca antes articuladas; y, esas envolturas desechas bajan a la tierra de las áureas promesas, tomando posesión de dicho lugar, y formando una nueva especie. Somos pues, padres de una nueva raza que, con el devenir de los eones, intentarán de nuevo atravesar las puertas de las estrictas convenciones -aunque entonces, tal vez, no sean más que decadencia-
Damos, pues, por finalizada nuestra efímera, etérea, y tal vez voluble, experiencia, y retornamos a lo que siempre hemos sido y, a la vez, añorado...
Y así, con ese convencimiento, damos principio y fin la la luz y las tinieblas que envuelven a nuestras acongojadas carcasas, desechables envolturas que cubren a nuestros venéreos espíritus en forma nunca antes articuladas; y, esas envolturas desechas bajan a la tierra de las áureas promesas, tomando posesión de dicho lugar, y formando una nueva especie. Somos pues, padres de una nueva raza que, con el devenir de los eones, intentarán de nuevo atravesar las puertas de las estrictas convenciones -aunque entonces, tal vez, no sean más que decadencia-
Damos, pues, por finalizada nuestra efímera, etérea, y tal vez voluble, experiencia, y retornamos a lo que siempre hemos sido y, a la vez, añorado...
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