5ª parte de las aventuras de SuperBusiman Buss

Ilustración de David Velázquez
En la web del superhéroe SuperBusiman, sigo desarrolllando su historia, y sus aventuras. En estos momentos, se acaba de publicar la quinta parte de las mismas, "Aparece el mal, 2ª parte".
Podéis leer todo lo publicado hasta la fecha, las cinco partes, pinchando en este enlace.

En la web podéis encontrar otras secciones, como por ejemplo algunas  de sus aventuras pasadas al cómic, narración de las mismas, videos, etc.
 En este enlace, la Web de SuperBusiman

 
CAPÍTULO V; APARECE EL MAL (Y II)

Y allí estaba Buss, todavía en la posición de lanzamiento del volante, como un jugador de “frisby” en un parque cualquiera; esa fue la primera imagen que le vino al muchacho a al cabeza, la segunda fue dolor, mucho dolor… y sangre, y más dolor…
- Esto-dijo Buss…- hola, perdona por el volantazo, ha sido un acto reflejo al ver que golpeabas  a la muchacha y a su mascota.
- ¡Sufrirás por esto! Dijo Evictio, el crississ- nadie me ataca impunemente y sale ileso del ataque.
“Acho, esto parece una película de superhéroes de esas que están tan de moda ahora” –pensó Buss- “¿Y qué se supone que debo hacer yo ahora?” 
El crississ avanzaba hacia el muchacho, emitiendo cada vez más chispas desde su cuerpo. El aire parecía condensarse a su alrededor, electrificarse, como antes de una tormenta veraniega; pero en vez de oler a tierra mojada, a hierba fresca, allí olía como a papel mojado, mohoso, como cuando se inunda una biblioteca…
-Bueno, como decían en aquel libro –se dijo Buss- “from the lost, to the river”… y ya puestos, debería tener un grito de guerra… aunque sea el último que pueda dar en mucho tiempo

El crississ atacó, creando de la electricidad estática que les rodeaba unas formas densas, que parecían muy pesadas, y que a Buss le recordaban vagamente a libros… volúmenes muy gordos, que solamente con su peso podían hacer mucho daño al golpearle, al margen de su origen y otras propiedades. Y Evictio le lanzó a Buss una gran ola de esos constructos.
-¡Acho, hasta la playa, y un poquito más allá! –soltó Buss, como grito de guerra (bien, como grito de guerra tal vez no fuera muy… ¿”épico”?; pero fue lo único que en esa situación se le ocurrió al pobre muchacho)- Y, ¿qué  leches hago yo aquí; dónde estará ese maldito anciano que “me lanzó aquí?

Y como respuesta a las palabras del joven, una fría brisa empezó a rodearles, alejando los constructos que Evictio había creado para lanzarle y golpearle; incluso el propio crississ parecía tener dificultades para mantenerse erguido frente al vendaval que poco a poco se iba adueñando del lugar. Sin embargo, Buss no lo notaba, aunque pudo ver que Dorothy,   recuperada por efecto del vendaval, se agarraba a la puerta de la casa con una mano, al tiempo que sujetaba a  Toto con la otra. Mientras observaba asombrado todo esto, vio parecer flotando ante él al anciano en el que estaba pensando momentos antes; de él parecía emanar el viento, que a medida que se alejaba se iba tornando más y más violento. Buss notó un pequeño golpe en la mano, y vio que el volante había vuelto a él, como si de un bumerang se tratara. Sin pensarlo, aprovechando el vendaval, lo lanzó de nuevo hacia Evictio; éste, que se estaba intentando proteger del fuerte viento, no lo vio llegar, y no pudo escudarse del golpe. El volante impactó con violencia en el cuerpo del crississ, que pareció empezar a resquebrajarse,  y a emitir chispas más intensamente.
-¡Volveré! –gritó Evictio- ¡y mi venganza será terrible!
Y dicho esto, su cuerpo empezó a reabsorber la energía que estaba lanzando al espacio, comenzó a brillar con enorme intensidad… y se convirtió en una pequeña bola resplandeciente que salió disparada a una inconcebible velocidad.

Buss miró boquiabierto toda esa escena, dirigió su vista a la muchacha y a su mascota, viendo que estaban más o menos bien… y, haciendo acopio de una gran fuerza de voluntad, empezó a girar su cabeza para enfrentar su mirada a aquel extraño anciano que les había ayudado en última instancia…


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