ÁRBOL DEL DOLOR II: EL RECUERDO (poesía de terror)
(Ver parte I: EL ÁRBOL DEL DOLOR)
EL ÁRBOL DEL DOLOR II: EL RECUERDO
Mirando hacia arriba,
entre las ramas del Árbol del Dolor
pienso,
si es se puede llamar así
a las corruptas correlaciones
que se establecen
entre las podridas sinapsis
de mis putrefactas neuronas,
en otra vida,
en otro momento,
en otra referencia...
pero no sé si es real,
o fruto de mis atormentados
y aleatorios procesos mentales.
Mis compañeros,
como yo,
miran sin comprender
un cielo sin estrellas ni Luna,
sólo una roca deforme
cuelga sobre nuestras testas;
hinchada, ulcerada;
su faz antaño límpida
ahora gangrenada y podrida
parece reírse
con su sombría luz rojiza
derramándose sobre nosotros.
Y esa luz nos recuerda
nuestra resurrección,
el eterno resplandor
que conectó de nuevo
aquello ya muerto y,
en ocasiones, podrido.
Mirando entre las ramas,
los infectos brotes
del Árbol del Dolor
recuerdo... intuyo
evoco formas, imágenes
seres pensantes,
como éramos nosotros
antes del Gran Resplandor,
cuando la Luna era
una sonriente cara
sobre nuestras cabezas,
cuando el sol alimentaba la vida;
seres vivos,
entes pensantes...
recuerdo todo eso,
y el hambre me ataca sin piedad:
es hora de buscar nuestro sustento.
entre las ramas del Árbol del Dolor
pienso,
si es se puede llamar así
a las corruptas correlaciones
que se establecen
entre las podridas sinapsis
de mis putrefactas neuronas,
en otra vida,
en otro momento,
en otra referencia...
pero no sé si es real,
o fruto de mis atormentados
y aleatorios procesos mentales.
Mis compañeros,
como yo,
miran sin comprender
un cielo sin estrellas ni Luna,
sólo una roca deforme
cuelga sobre nuestras testas;
hinchada, ulcerada;
su faz antaño límpida
ahora gangrenada y podrida
parece reírse
con su sombría luz rojiza
derramándose sobre nosotros.
Y esa luz nos recuerda
nuestra resurrección,
el eterno resplandor
que conectó de nuevo
aquello ya muerto y,
en ocasiones, podrido.
Mirando entre las ramas,
los infectos brotes
del Árbol del Dolor
recuerdo... intuyo
evoco formas, imágenes
seres pensantes,
como éramos nosotros
antes del Gran Resplandor,
cuando la Luna era
una sonriente cara
sobre nuestras cabezas,
cuando el sol alimentaba la vida;
seres vivos,
entes pensantes...
recuerdo todo eso,
y el hambre me ataca sin piedad:
es hora de buscar nuestro sustento.
Comentarios
Me sentí catapultada a un mundo de no muertos y de lunas sangrientas. Un Hades terrible, inconcebible.
Besos bermejos.