relato: EFÍMERAS (segunda parte de VIAJES Y CAOS)

La continuación al relato VIAJES Y CAOS. Junto con la tercera parte, COSTAS, aparecieron en NGC 3660 bajo el nombre de EN LAS MAREAS MECÁNICO CUÁNTICAS.

II.- EFÍMERA

Planos alterados, por los que viajamos, ¿hacia dónde?

La incerteza de las escalas hace que no nos detengamos en auxilio de nuestras perspectivas. Renuentes, atisbamos la explosión de una molécula en el corazón de un sueño. Su brillo nos conduce, su música nos reduce. Simples átomos circulando por la cromosfera del sol. Una tormenta, una ráfaga, y nuestros sentidos infringen las normas de la cordura, devanándose en inciertas auroras.

Seguros de que los peldaños de negrura ausente aletean en nuestra consciencia, seguimos la senda marcada por las horas de vigilia. El perihelio de nuestra propia decrepitud acerca órbitas inestables de sentimientos entrecruzados, en la magnitud, inmensa solitud, de nuestros desiertos campos estelares. La cálida voz de un quark, emitido desde una lejana, añorada, revisitada esfera de posibilidades, nos guía hacia los abismos estelares, moradas del caos primordial. Un caos absoluto, frío, informe, que anega nuestras almas de desafíos y deprivaciones. Sensores que corretean por la superficie imaginaria en el corazón del caos, transmiten datos que nuestros sentidos anhelan recaptar, una y otra vez. Y el caos se resuelve en belleza; una rosa ígnea aparece entre los mundos, entre las realidades, entre los átomos que conforman otros átomos. Una gota de sangre cae de sus espinas, que son alternativas al orden preestablecido. Empapa las estrellas de cordialidad y arco iris espurios.

Escasos de referentes, liberados de toda habitualidad, nos dejamos derivar. Nuestra nave estelar, nuestro cuerpo disperso, nuestra mente colectiva, brilla en la senda de los cementerios galácticos; nos guía allá donde van a morir las estrellas, donde sus cuerpos abandonan la estancia de las realidades, y su brillo perdura en las memorias colectivas de las especies que pueblan la imaginación. Y un billete de retorno nos es otorgado por la Fuente; efímera lotería solar a la que juegan en animada controversia los seres de luz y luna.

Elipses retomadas por las que derivamos, ¿a dónde?; sin escala, sin perspectivas, una mirada de negrura nos guía hacia nuestra retomada lluvia de regocijos, felicitaciones y transversalidades.

Y arribamos.

Y retomamos viaje.

En continuo espacio/tiempo, sin escalas en la Eternidad.



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