El hobbit: La desolación de Smaug
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Tal
vez todo eso pudo lastrar un poco la primera parte, tanto el tener que
presentar a los personajes nuevos, y tratar de darle un carga épica
comparable a la de los de ESDLA, y el querer emparentarla un poco a la
fuerza con ESDLA. De todas maneras, como he dicho al principio, y podéis
leer en el enlace, a mí me gusto. Pero, en esta segunda parte, tengo
sentimientos encontrados, y si bien las críticas que he leído o me han
comentado directamente la encuentran superior a la anterior, a mí no me
parece exactamente así. Muchos comentarios hablan de la primera como una
película que se llega a hacer pesada, que parece no avanzar, y que es
solamente un acúmulo de persecuciones, luchas, y efectos especiales; por
el contrario, esos mismos comentarios califican a esta segunda parte
mucho mejor, diciendo que al fin avanza la historia, que se les ha hecho
corta, y que en general está todo mejor desarrollado que en la primera.
Sí,
seguramente tengan razón, y curiosamente cosas que se criticaban en la
primera, pueden haber sido justamente la que han mejorado esta.
Concretamente, me refiero a los añadidos (tanto en guión, como en
personajes) a la obra original. Cosas que aparecen en otros escritos de
Tolkien, como he mencionado más arriba, y que en El Hobbit (libro) sólo
se mencionan de pasada, como
por ejemplo, qué pasa desde que Gandalf abandona la “compañía” hasta que
vuelve. O la aparición de Légolas, y el momento “cómico con Gimli…”;
también el nuevo personaje de la elfa silvana Tauriel y su, llamémosle,
historia de amor. Además, también desarrolla, a veces en un sentido algo
diferente al libro, a algún personaje, pero que así puede cuadrar más
en esta nueva versión de El Hobbit. Porque como comenté en aquel
artículo de opinión, una cosa es la literatura, y otra el cine (y la
TV), y cosas que un medio puede funcionar, en otro tal vez no sean
adecuadas. Además, hay que tener en cuenta cuando, cómo, para qué, y
para quien se escribió El Hobbit y, por supuesto, verlo con la
perspectiva que le dio posteriormente su “secuela”, El Señor de los Anillos.
Porque si leemos solamente El Hobbit, nos quedaremos con un bonito
cuento, tal vez un poco duro para las generaciones de lectores
infantiles/juveniles de hoy en día, pero que J.R.R. Tolkien le contaba a
sus hijos; pero, si lo englobamos dentro de todo lo que suponen los
diferentes escritos del autor (y las continuaciones de su hijo), la
perspectiva con la que vemos el Hobbit cambia totalmente. Por eso Peter
Jackson, más que adaptar el cuento El Hobbit, ha realizado una visión
coherente con su visión de la Tierra Media, con esa perspectiva global
de la que estoy hablando.
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