SACRIFICO SUPREMO (microrelato humorístico con mala leche)


La iglesia ardió en grandes llamaradas.

Los acólitos loaron a su Dios. El sacrificio supremo había sido realizado, habían sacrificado a su Dios, junto con su iglesia.

Luego, se repartieron los bienes que previamente habían sacado. El Papa Bebetinto XXI los excomulgó a todos, por el hecho de no haber repartido con él el beneficio del sacrificio.

Dios, en su infinita bondad, se acordó de la madre que parió a todos sus representantes en aquel planeta.

Comentarios