El tanque y otras historias olvidadas (Luis Emilio Hernández Agüe); reseña

 Hace unos dias acudí a la presentación del nuevo libro, de relatos, de Luis Emilio Hernández Agüe, "Cuentos sombríos II", en la Librería Circe. Previamente, había leído dos libros suyos, uno de ellos una novela corta (acompañada de un relato del mismo "universo"), que comentaré en breve, y otro de relatos, "El tanque y otras historias olvidadas", que es del que voy a hablar ahora.

La verdad, me sorprende la versatilidad de Luis tanto  para tratar diferentes temáticas, siempre dentro del fantástico, como para utilizar diferentes registros, encontrando en algunos de ellos una traza de cierto humor (negro, sobre todo). En realidad, podemos decir que los años pasados entre algunos de los relatos, o entre la primera idea de alguno y su escritura final, ha hecho que se consiga esta variedad como digo, tanto entre diferentes temáticas, como en el enfoque de las mismas. He dicho "consiga" porque es un aliciente el poder encarar la lectura con diversas perspectivas, pero a las que la labor del autor ha conseguido unificar, englobándolas todas dentro del fantástico, alcanzando a veces el horror. Pero Luis, su estilo, su escritura, posee cierta delicadeza, en ocasiones ternura, que hace que el horror se quede en un poso, y que sobresalga, en la mayoría de las ocasiones esa ternura, ese amor hacia los personajes, protagonistas o no, que parece profesar. Y ese humor que antes he tildado de "negro", pero que en realidad no considero que llegue a tal, dándose esa impresión por la temática tratada, pero que definiría más como sarcástico, mordaz, sin dejar esa, a veces, conmiseración por sus creaciones.

El autor, como comenta en la parte final, donde da las fechas de creación de sus cuentos, y habla detalladamente de los mismos, tiene algunos temas como "fetiches": la Guerra Civil española, la música, y la figura de Lovecraft. pero eso, por supuesto, no quiere decir que articule su obra sobre eso, sino solamente que algunos de sus relatos incidirán, de una forma u otra, sobre ciertos temas. Pero como vengo diciendo, la versatilidad de Luis, tanto en diferentes temáticas como en registros, conseguirá que la obra sea lo suficientemente variada, pero sin alejarse en demasía de su eje central, para que disfrutemos de ella.

No voy a hablar de los relatos uno por uno, queda claro con lo dicho hasta ahora, por temática y variedad, solo que cada uno se vale y se defiende por si mismo, conformando una obra sumamente interesante y que se disfruta, ya sea poco a poco, o de un tirón.

Nadie recordaba ya la historia de Pilar, cuyo novio se hizo tanquista en la Guerra Civil Española, ni la del enterrador Jonás y sus peculiares amigos, ni la razón por la que Hyppolite Leclerc decidió montar una empresa para envenenar a la gente o la crónica de aquella noche que el legionario Cristobal Suárez se aventuró a pasar en una masía supuestamente deshabitada. Todas estas historias y otras muchas, como la de la visita del viajero al desolado chateau del barón LeRoy, la del viejo espejo relegado al trastero de una tienda de antigüedades o la de la lucha de aquellos bravos guerreros contra un ejército resucitado habían quedado olvidadas para el mundo. Es por ello que el abnegado archivista decidió rescatarlas y recopilarlas en un mismo volumen para presentarlas al público…
Los doce cuentos de El tanque y otras historias olvidadas abordan el género fantástico desde diferentes perspectivas, unas veces trágicas, otras cómicas, en ocasiones flirteando con la historia, en otras hermanándose con la fantasía heroica e incluso con la ciencia ficción, a menudo recurriendo al elemento sobrenatural y de ultratumba, y casi siempre sin perder esa afinidad con la literatura decimonónica (romántica/gótica/victoriana) que tanto venera su autor.

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