Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz (reseña)
Título: Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz. Un viaje por Novaro; edición ampliada
Título Original: (Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz. Un viaje por Novaro; edición ampliada, 2019)
Autor: Jorge Gard
Editorial: Diábolo
Colección: Ensayo
© 2019, Diábolo Ediciones
© 2019, Jorge Gard
© Diseño y maquetación Sebastián Romiti
Ilustraciones: Color
Edición: 1ª Edición: Octubre 2019
ISBN: 9788412034967
Tapa: Blanda
(Reseña publicada originalmente en Anika Entre Libros)
En muchos países de habla hispana, muchos niños y jóvenes podíamos seguir las aventuras de nuestros héroes mediante estos cómics de procedencia mexicana; y, en cuestión de superhéroes, coincidentes en España con las de Vértice Editorial (prácticamente, Novaro DC, aunque tenían un par de personajes de Marvel, y Vértice con Marvel). Pero Novaro, en España, que es lo que conozco de primera mano, no solo tenía a los superhéroes mencionados, sino que podías encontrar cómics de todos los temas y personajes; en concreto recuerdo haberme comprado alguno cuyo protagonista era Boris Karloff, seguramente algunos western, algunos de guerra y me suena que seguramente algún Rin Tin Tin... pero Novaro abarcaba más, mucho más, y eso es lo que nos muestra este libro, uno más de los "nostálgicos" de Diábolo Ediciones.
Disney, Superhéroes (básicamente, DC, como queda dicho), terror, fantasía y ciencia ficción (mucho de todo eso DC, también, de sus diversas líneas editoriales), cine y televisión, far west, cómic europeo, Warner, Walter Lantz, Tom y Jerry, Paul Terry, John Carter, El Zorro, Mandrake, K9, Doc Savage, Los Tres Chiflados, El Avispón Verde, Flipper, Los Monsters, Tintin, Los Invasores, Turok, Sansón, Olafo, The Phantom, Tarzán, The Spirit, El Halcón de Oro (BlackHawks), Hanna Barbera, El gato Félix, Plaza Sésamo, Archie, Periquita, Carlitos y Snoopy, Daniel el travieso, la Pequeña Lulú ... sólo una "pequeña muestra" de lo que llegó a publicar (tened en cuenta las "subdivsiones" dentro de cada apartado que acabamos de mencionar, pues en las de fantasía habrá varias colecciones, así como en terror, ciencia ficción, superhéroes, western, los diversos personajes de Disney, Warner, Lanz, Terry...).
Pero además, en un momento dado se le suma lo que en el libro se ha denominado "Proselitismo y educación", colecciones tales como "Aventuras de la vida real", "Epopeya", "Lectura para todos; cuadernos educativos", "Grandes viajes", "Tesoro de cuentos clásicos", "Sherlock Holmes", "Fantomas", "Mujeres célebres", "Joyas de la mitología"...
Vemos aquí, en esa amalgama de títulos, algo que era tendencia... bueno, práctica generalizada, en las diversas colecciones: el utilizar unas cuantas líneas editoriales como una especie de cajón de sastre. Es decir, publicar unos cuantos títulos de cada línea, y en ellos ir publicando todo lo que tuvieran a mano que estuviera relacionado con el título; como ejemplo, los "escasos" títulos de superhéroes, pero en los que, a pesar del personaje que encabezara la colección, en ella se iba publicando material del resto de superhéroes, daba igual que tuviera o no colección propia... y daba igual que apareciese en una o en otra colección, el caso era publicar donde fuera el material del que disponía.
Eso era muy caótico, pues al no saber qué te ibas a encontrar en cada número que podías conseguir, se sumaba que los personajes estaban dispersos por las diferentes colecciones, y que se publicaban tal y como llegaban a las manos de los editores; es decir, como ejemplo, que podían comenzar a publicar Marvila (Wonder Woman, la Mujer Maravilla), por el número 123 de su colección, así, de golpe, sin mencionar nada de su historia, ni continuidad, ni nada similar. E igual con todos, podías encontarte el número "XY" de Flash en un número de Batman, y el número "ZX" en uno de los de ciencia ficción.
Pero, como he dicho al principio, prácticamente eran la única manera de poder seguir las historias de los superhéroes DC, o casi de conseguir cualquier cómic, ya fuera western, terror, de personajes famosos, etc. Porque la otra alternativa de cómics era, por aquel entonces, Vértice y, en otro orden de cosas, Bruguera, Editorial Valenciana y TBO. Además, muchos niños de América Latina tuvieron con estos cómics su primer acercamiento a la lectura, e incluso algunos al idioma español, dado que utilizaban sus lenguas indígenas, tal fue la repercusión que Novaro, en sus diferentes colecciones y líneas tuvo.
Por otro lado, también se obligó a la editorial a castellanizar los nombres (cosa que hizo unas veces más fielmente que otras, en las que tiraron más de "imaginación"), y a simplificar el texto, dado el alto grado de analfabetización de la gran mayoría de la población a las que iban destinados.
Y de todo eso nos habla este libro que estamos comentando, indicándonos fechas, colecciones y situación en la que fue publicado cada uno de los cómics, qué contenía, y de dónde provenía.
Y, prácticamente, eso es todo, un amplio ensayo, profusa y adecuadamente ilustrado, que nos cuenta la historia de una de las editoriales más importantes, de su implantación, de su significado, mostrándonos cómo y dónde, y de dónde provenía, cada personaje publicado.
Nostalgia.
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