Reseña: El Yelmo del Caballero, de Sergio R. Alarte
Portada: Carlos Palma -Precio: 19,95 €- Tamaño: 22x15 Cm
Páginas: 544 Isbn: 978-84-15156-33-8 -Colección: Excálibur Fantástica
Se dice que la novela fantástica tiene como trasfondo, o como eje fundamental, el viaje iniciático, la búsqueda que tiene como finalidad -del relato, no de la aventura en sí misma, claro está- la transformación del (los) protagonista(s); su personalidad cambia, después de superar una serie de adversidades, y de tomar conciencia de sí mismo, de la realidad que le rodea y de su misión en la vida. Desde la Odisea, pasando por El Quijote, El Hobbit, El Señor de los Anillos, Dune, El Juego de Ender , etc. Se podría decir que es un reflejo de la vida real, de los ritos iniciáticos de algunas tribus, embellecido por la imaginería de los autores.
Pues bien, Sergio R. Alarte ha cogido esta idea fundamental de la novela fantástica usando la estructura de novela río con cantidad de personajes y situaciones, la ha mezclado con actuales tendencias de la fantasía épica y grandes clásicos del género, lo ha batido bien batido, y añadiéndole unas pinceladas de la poesía de la que tanto gusta el autor (no en vano ha sido miembro de varios grupos poéticos, y ha publicado poesías en revistas, así como relatos), ha obtenido su primera obra. El resultado nos ofrece una espectacular novela de Alta Fantasía.
En esta novela, como digo, parece que siguiendo las tendencias más o menos actuales de la fantasía, el protagonismo casi absoluto lo detentan los humanos, con muy poca presencia de otros “seres”. Sí que existe uso de la magia, pero la que utilizan las fuerzas del bien proviene de la naturaleza, de la misma Tierra y de los seres elementales que la pueblan; como suele ser habitual, a pesar de nombrar a una serie de dioses, los del bien suelen aparecer más bien poco, dejando a los humanos (y al resto de sus “aliados”) casi a su libre albedrío; y como también suele suceder, los dioses del mal sí suelen estar más presentes.
Volviendo al tema de los viajes iniciáticos presentes en las novelas de género fantástico, aquí el autor se ha liado la manta a la cabeza y no nos presenta el de un personaje, ni de dos, sino de un amplio número, presentándonos además sus personalidades, así como el proceso y la naturaleza del cambio final.
Entre esta amplia variedad de personajes, con su pasado, su historia, su carga personal, sus pérdidas, etc, nos encontramos, por ejemplo, a Dardiak, el asesino; Ragar, un soldado oscuro; la dama Auriel, la joven esclava liberta Wen, el joven Nalkar, el duque Sural de Fuego, Eleara la bibliotecaria… Todo estos, y alguno más, primero en grupos aislados, y finalmente unidos, recorren su propio viaje iniciático.
Esta variedad de situaciones y personajes hace que el ritmo de la novela no decaiga en ningún momento en sus más de 500 páginas, todo es una sucesión de historias y aventuras, enmarcadas en la historia más grande que es la novela en sí. Aunque a veces parezca que ciertas historias son “gratuitas”, finalmente encajarán, sino por la propia acción, sí por la presentación de la miríada de personajes que pueblan este libro. A modo de juego de rol, o de videojuego de aventuras, cada capitulo es una aventura en la que los personajes deben de superar una serie de dificultades, conseguir una serie de objetos, etc. Asimismo, se nos irán presentando personajes, situaciones y demás que, finalmente, convergerán en el “summun” final.
Como comento, la continua sucesión de historias, aventuras, leyendas contadas por alguno(s) de los personaje(s), hacen que todo el libro sea una continua aventura, en el que el ritmo no decae en (casi) ningún momento… ¿y porqué ese “casi”?; como comenté con el autor en su momento, y él reconocía, tal vez encontremos un exceso de descripciones, que en algunos momentos hace que saltemos ciertos párrafos, y vayamos a buscar la aventura, no deteniéndonos en si las flores son de tal o cual color, la fragancia del bosque es así o asá… Se me comenta que esas descripciones están presentes, por ejemplo, en los libros de Tolkien, y no así en otros más enfocados a la “chavalería”; bueno, mi idea es que las descripciones son precisas en ciertos momentos, cuando son más o menos necesarias para el desarrollo de la historia, pero que un exceso de ellas, en ciertas situaciones, pueden llegar a cansar. Por suerte, aunque en ciertos momentos el autor se explaya, en mi opinión, en demasía en ciertas descripciones, no llegan a lastrar el ritmo narrativo, dado la fuerza que le imprime a éste, y la continua acción “sin límite”… y aquí vuelvo a explicar el “sin límite”; es tanta la imaginación, tanta la aventura, y tantos los personajes, que lo narrado en este libro daría perfectamente para varias novelas ambientadas, no ya en ese mundo (como creo que es idea del autor), sino en alguna de las historias y/o personajes que en él aparecen (no en vano, ya ha aparecido algún relato de alguno de los personajes de esta novela).
En las descripciones, a veces en algunas de las que sin ser especialmente útiles en la trama, o en otras que sí, se nota el amor y el conocimiento del tema de Sergio; la descripción del armamento, de las disposiciones de batallas, de las estructuras de las fortificaciones, de los blasones y pendones… algunas de estas descripciones tal vez no sean necesarias del todo, pero embellecen y completan el fascinante mundo que el autor nos presenta, dando idea del cariño y el cuidado del detalle, así como el conocimiento del tema, que Sergio tiene.
Una imaginación desbordante, una gran habilidad para trabajar con multitud de personajes y líneas de acción, y tejer con ellos un hermoso y fascinante tapiz, rebosante de acción y aventuras, que hace de esta novela, realmente, una excelente novela de Alta Fantasía.
Sinceramente, espero con ganas nuevas novelas, o al menos relatos, del autor, dado que El yelmo del caballero ha sido una gratísima experiencia.
Ah, y se me olvidaba; el libro viene ilustrado con unos magníficos dibujos de Marisa López “Sarima”, y de David Puertas.
Sergio R. Alarte (1978) nació en Valencia, donde se licenció en Filología Hispánica. Admirador desde la adolescencia de la obra de J. R. R. Tolkien, formó parte de varias asociaciones culturales relacionadas con las letras en la universidad, donde publicó poemas y relatos en revistas. Trabaja como redactor y corrector para varias editoriales desde el 2009, y es vicepresidente de la Asociación Valenciana de Fantasía Épica, además de miembro del consejo editorial de la revista online Imaginarios, de difusión del género fantástico, donde es articulista habitual y publica los relatos del “Batallón Fénix”. Ganó el primer premio de relato largo en el certamen de género fantástico Descubriendo Nuevos Mundos, en el 2011.
Ficha de la novela, y un amplio avance de la misma en: http://www.grupoajec.es/novedades-ciencia-ficcion-fantasia/el-yelmo-del-caballero_177.html
(reseña aparecida en PLANETAS PROHIBIDOS)
Páginas: 544 Isbn: 978-84-15156-33-8 -Colección: Excálibur Fantástica
Se dice que la novela fantástica tiene como trasfondo, o como eje fundamental, el viaje iniciático, la búsqueda que tiene como finalidad -del relato, no de la aventura en sí misma, claro está- la transformación del (los) protagonista(s); su personalidad cambia, después de superar una serie de adversidades, y de tomar conciencia de sí mismo, de la realidad que le rodea y de su misión en la vida. Desde la Odisea, pasando por El Quijote, El Hobbit, El Señor de los Anillos, Dune, El Juego de Ender , etc. Se podría decir que es un reflejo de la vida real, de los ritos iniciáticos de algunas tribus, embellecido por la imaginería de los autores.
Pues bien, Sergio R. Alarte ha cogido esta idea fundamental de la novela fantástica usando la estructura de novela río con cantidad de personajes y situaciones, la ha mezclado con actuales tendencias de la fantasía épica y grandes clásicos del género, lo ha batido bien batido, y añadiéndole unas pinceladas de la poesía de la que tanto gusta el autor (no en vano ha sido miembro de varios grupos poéticos, y ha publicado poesías en revistas, así como relatos), ha obtenido su primera obra. El resultado nos ofrece una espectacular novela de Alta Fantasía.
En esta novela, como digo, parece que siguiendo las tendencias más o menos actuales de la fantasía, el protagonismo casi absoluto lo detentan los humanos, con muy poca presencia de otros “seres”. Sí que existe uso de la magia, pero la que utilizan las fuerzas del bien proviene de la naturaleza, de la misma Tierra y de los seres elementales que la pueblan; como suele ser habitual, a pesar de nombrar a una serie de dioses, los del bien suelen aparecer más bien poco, dejando a los humanos (y al resto de sus “aliados”) casi a su libre albedrío; y como también suele suceder, los dioses del mal sí suelen estar más presentes.
Volviendo al tema de los viajes iniciáticos presentes en las novelas de género fantástico, aquí el autor se ha liado la manta a la cabeza y no nos presenta el de un personaje, ni de dos, sino de un amplio número, presentándonos además sus personalidades, así como el proceso y la naturaleza del cambio final.
Entre esta amplia variedad de personajes, con su pasado, su historia, su carga personal, sus pérdidas, etc, nos encontramos, por ejemplo, a Dardiak, el asesino; Ragar, un soldado oscuro; la dama Auriel, la joven esclava liberta Wen, el joven Nalkar, el duque Sural de Fuego, Eleara la bibliotecaria… Todo estos, y alguno más, primero en grupos aislados, y finalmente unidos, recorren su propio viaje iniciático.
Esta variedad de situaciones y personajes hace que el ritmo de la novela no decaiga en ningún momento en sus más de 500 páginas, todo es una sucesión de historias y aventuras, enmarcadas en la historia más grande que es la novela en sí. Aunque a veces parezca que ciertas historias son “gratuitas”, finalmente encajarán, sino por la propia acción, sí por la presentación de la miríada de personajes que pueblan este libro. A modo de juego de rol, o de videojuego de aventuras, cada capitulo es una aventura en la que los personajes deben de superar una serie de dificultades, conseguir una serie de objetos, etc. Asimismo, se nos irán presentando personajes, situaciones y demás que, finalmente, convergerán en el “summun” final.
Como comento, la continua sucesión de historias, aventuras, leyendas contadas por alguno(s) de los personaje(s), hacen que todo el libro sea una continua aventura, en el que el ritmo no decae en (casi) ningún momento… ¿y porqué ese “casi”?; como comenté con el autor en su momento, y él reconocía, tal vez encontremos un exceso de descripciones, que en algunos momentos hace que saltemos ciertos párrafos, y vayamos a buscar la aventura, no deteniéndonos en si las flores son de tal o cual color, la fragancia del bosque es así o asá… Se me comenta que esas descripciones están presentes, por ejemplo, en los libros de Tolkien, y no así en otros más enfocados a la “chavalería”; bueno, mi idea es que las descripciones son precisas en ciertos momentos, cuando son más o menos necesarias para el desarrollo de la historia, pero que un exceso de ellas, en ciertas situaciones, pueden llegar a cansar. Por suerte, aunque en ciertos momentos el autor se explaya, en mi opinión, en demasía en ciertas descripciones, no llegan a lastrar el ritmo narrativo, dado la fuerza que le imprime a éste, y la continua acción “sin límite”… y aquí vuelvo a explicar el “sin límite”; es tanta la imaginación, tanta la aventura, y tantos los personajes, que lo narrado en este libro daría perfectamente para varias novelas ambientadas, no ya en ese mundo (como creo que es idea del autor), sino en alguna de las historias y/o personajes que en él aparecen (no en vano, ya ha aparecido algún relato de alguno de los personajes de esta novela).
En las descripciones, a veces en algunas de las que sin ser especialmente útiles en la trama, o en otras que sí, se nota el amor y el conocimiento del tema de Sergio; la descripción del armamento, de las disposiciones de batallas, de las estructuras de las fortificaciones, de los blasones y pendones… algunas de estas descripciones tal vez no sean necesarias del todo, pero embellecen y completan el fascinante mundo que el autor nos presenta, dando idea del cariño y el cuidado del detalle, así como el conocimiento del tema, que Sergio tiene.
Una imaginación desbordante, una gran habilidad para trabajar con multitud de personajes y líneas de acción, y tejer con ellos un hermoso y fascinante tapiz, rebosante de acción y aventuras, que hace de esta novela, realmente, una excelente novela de Alta Fantasía.
Sinceramente, espero con ganas nuevas novelas, o al menos relatos, del autor, dado que El yelmo del caballero ha sido una gratísima experiencia.
Ah, y se me olvidaba; el libro viene ilustrado con unos magníficos dibujos de Marisa López “Sarima”, y de David Puertas.
Sergio R. Alarte (1978) nació en Valencia, donde se licenció en Filología Hispánica. Admirador desde la adolescencia de la obra de J. R. R. Tolkien, formó parte de varias asociaciones culturales relacionadas con las letras en la universidad, donde publicó poemas y relatos en revistas. Trabaja como redactor y corrector para varias editoriales desde el 2009, y es vicepresidente de la Asociación Valenciana de Fantasía Épica, además de miembro del consejo editorial de la revista online Imaginarios, de difusión del género fantástico, donde es articulista habitual y publica los relatos del “Batallón Fénix”. Ganó el primer premio de relato largo en el certamen de género fantástico Descubriendo Nuevos Mundos, en el 2011.
Ficha de la novela, y un amplio avance de la misma en: http://www.grupoajec.es/novedades-ciencia-ficcion-fantasia/el-yelmo-del-caballero_177.html
(reseña aparecida en PLANETAS PROHIBIDOS)
Comentarios
un abrazo