CLÁSICOS POPULARES I -miniversiones-
En cuanto volviera a aparecer, Cenicienta pensaba tener unas palabritas con su Hada Madrina; ¡aquellos malditos zapatos de cristal la habían estado molestando toda la noche, y tuvo que dejar el baile antes de lo que hubiera querido por su culpa; además, su transporte se había averiado antes de llegar a casa, y tuvo que volver descalza y dolorida!
Al ver a la chica muerta rodeada por aquellos enanos, el Príncipe pensó que estos serían una excelente mano de obra barata para sus minas.
Pinocho se había convertido, por fin, en un muchacho; pero así y todo, siempre sería un pedazo de alcornoque.
Cuando la Bella Durmiente despertó al ser besada por el Príncipe, lo único que acertó a decir fue: ¡cinco minutos más, por favor!
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