DE TUMBAS Y ENTIERROS I (microrrelatos)

-Aunque no estaba previsto en los actos del día, la tumba se abrió en honor a los visitantes... desde dentro.


- El cementerio tuvo que abrir aquella noche de manera excepcional, pues eso no era lo habitual en aquel pueblo; pero la avalancha de cadáveres que querían salir era tal, que las autoridades tuvieron que tomar esa decisión como mal menor.


- El teléfono sonó una y otra vez, hasta que al final contestaron, desde el interior del ataúd en el que había sido enterrado junto con su antiguo propietario.


- Las ratas consiguieron, por fin, abrir un agujero en aquel féretro. Pero su ocupante las agarró y las utilizó como alimento, pues hacía mucho tiempo ya, demasiado, que permanecía allí enterrado.


-¡Si son mis amigos, mátenme ya! -dijo de repente H. P. Lovecraft a los escritores, antiguos amigos suyos, reunidos en torno a su cadáver.


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