LOCURA FASE II (¿microrelato; pensamiento; realidad...?)
(leer FASE I)
Los gritos, penetrantes aullidos de una mente desquiciada, que apenas reconozco como la mía, van encaminándome hacia el terror, que me rodea inmisericordemente, surgido de los más profundo de mi abstracción social.
La vida se me escapa en largos y profundos suspiros que prodigan aleteos en la negrura de la locura. Y un racimo de abominables seres creados por mis más descabelladas fantasías primigenias, hacen gala de su deformidad entre los abbarrotados bastidores de mi memoria. Gritos, penetrantes en el silencio que envuelve a mis inquientantes pensamientos, otra vuelta de cuerda a la efímera existencia dela mente.
Y aparecen, en espacios apenas perceptibles de tiempo, espúreos recuerdos de una insana suficiencia, de una vanagloria efímera en la cima del Caos del Tiempo.
Otros lugares, otros cuerpos, nada que objetar a la llegada de la liberación de mi frágil alma, a la separación de cuerpo y mente, al tierno ascenso a las latitudes desmembradas del éter.
y miles de almas inocentes, como antaño fue la mía, se regocijan a mi llegada.
Los gritos, penetrantes aullidos de una mente desquiciada, que apenas reconozco como la mía, van encaminándome hacia el terror, que me rodea inmisericordemente, surgido de los más profundo de mi abstracción social.
La vida se me escapa en largos y profundos suspiros que prodigan aleteos en la negrura de la locura. Y un racimo de abominables seres creados por mis más descabelladas fantasías primigenias, hacen gala de su deformidad entre los abbarrotados bastidores de mi memoria. Gritos, penetrantes en el silencio que envuelve a mis inquientantes pensamientos, otra vuelta de cuerda a la efímera existencia dela mente.
Y aparecen, en espacios apenas perceptibles de tiempo, espúreos recuerdos de una insana suficiencia, de una vanagloria efímera en la cima del Caos del Tiempo.
Otros lugares, otros cuerpos, nada que objetar a la llegada de la liberación de mi frágil alma, a la separación de cuerpo y mente, al tierno ascenso a las latitudes desmembradas del éter.
y miles de almas inocentes, como antaño fue la mía, se regocijan a mi llegada.
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