Los ojos de Mr. Magoo. Los visionarios dibujos animados de la UPA (Adrián Encinas); Reseña


Título: Los ojos de Mr. Magoo. Los visionarios dibujos animados de la UPA
Autor: Adrián Encinas
Editorial: Diábolo
Colección: Ensayo
Copyright:
© 2024, Adrián Encinas
© 2024, Diábolo EdicionesIlustraciones: Color
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2024
ISBN: 9788419790590
Tapa: Dura
Nº de páginas: 312


Un muy interesante, extenso y documentado repaso a los más de treinta años de historia de una de las productoras de cine animado más innovadoras e influyentes. Para seros sinceros, cuando comencé a ojear este libro, solamente me sonaba el personaje que figura y da título al mismo. Y leyéndolo, la verdad es que no tengo muchos recuerdos del resto de personajes que poblaban las historias animadas de esta productora. Pero tal como avanzaba e iba conociendo la historia, me di cuenta del porqué: dicha productora, creada en primera instancia por trabajadores que habían "salido" de Disney creó una serie de reglas internas para sus producciones entre las que estaba el no utilizar personajes que no fueran creaciones suyas (o de su propiedad) y el no repetir (en la medida de lo posible) personajes. Tened en cuenta que estamos hablando de cuando los cortos animados se proyectaban en las salas de cine como complemento de la programación, y una de las aspiraciones de la UPA era la experimentación, la innovación.

Acabo de comentar que se creó al "salir" de Disney; a principios de los años 40 por motivos económicos y políticos, la mayoría de trabajadores de Disney fueron a la huelga, apoyados por otros estudios, distribuidoras, sindicatos, etc. Esto llevó a que al poco tiempo algunos fueran despedidos y otros tuvieran que salir debido al mal ambiente creado por todos esos conflictos. Y poco años después, Walt Disney se vengó declarando y acusando de comunistas durante la "caza de brujas" a algunos de esos trabajadores. Con todo ello, más las inquietudes artísticas derivadas del visionado de la animación europea y rusa, en contraposición a la "férrea" de los estudios Disney (en la que además, no se solía acreditar a todos los integrantes del proceso), decidieron tomar una nueva senda alejada de la animación típica de EEUU. Además, esto atrajo a trabajadores del sector de otras animadoras que trabajaban para las grandes productoras norteamericanas, ya fuera como estudio externo de animación o como proveedores de cortos animados. Y, por otro lado, extrabajadores de la UPA fundaron posteriormente sus propios estudios, por lo que la estela de su contribución ha seguido, y continúa hasta hoy mismo debido a la influencia que la UPA y todo lo que surgió a su alrededor y tras ella ha tenido y tiene en animadores y productoras actuales.

Las reglas que internamente crearon para sus trabajos fueron, entre otras, no trabajar con personajes e historias ajenos (regla que se rompió cuando trabajaron como estudio de animación para productoras cinematográficas), no reutilizar personajes en diferentes producciones (sucediendo lo mismo que en el caso anterior), no utilizar "animales parlantes", no asociarse a una animación "realista" (tipo Disney), así como una gran libertad en los procesos de creación. Como ya hemos dicho, varias de estas reglas, sino todas, tuvieron que dejarse de lado cuando trabajaron para productoras de cine; y ese paso se dio porque en sus inicios, la UPA tuvo la suerte (o más bien, gracias al trabajo y determinación) de trabajar en muchos anuncios, cortos de propaganda, educativos y de prevención en destacadas empresas. Asimismo, en propaganda del ejército de EEUU (en todas sus ramas), de animación en los títulos de crédito o en algunas secuencias de películas (por ejemplo, los créditos de Los Vikingos, de Richard Fleischer, con Kirk Douglas y Tony Curtis) y de campañas políticas... "de izquierdas..." .

Toda esa labor y el reconocimiento adquirido llevaron a que firmaran como estudio de animación con Columbia Pictures, que los "probó" con unos cortometrajes con personajes de su propiedad (rompiendo una de las reglas de la UPA), para posteriormente confiarles los cortos Jolly Frolics, nombre sonoro que buscaba destacar como las Silly Symphonies (Disney) o las Merrie Melodies (Warner). Y ahí destacaron dos personajes, Gerald McBoing-Boing y, sobre todo, Mr Magoo, personaje del que Columbia exigía una serie de cortos, dejando libertad para el resto de producciones (vemos aquí la ruptura de la regla de no reutilizar personajes).

Los dibujos de la UPA eran más cercanos a los de la prensa que a las típicas animaciones de la época. Personajes más "triangulares" que los redondeados (más realistas) que los de Disney y otros, rompedores en estilo, animación, fondos, coloreados, tramas... no en vano su inicio fue, como hemos contado, en anuncios, propaganda, programas educativos, de prevención... Sin embargo, cada "sección", por llamarla de alguna manera, gozaba de libertad creativa, dando una serie de cortos que a menudo diferían mucho entre sí, dando de esta manera idea de esa libertad y de lo experimentador e innovador del estudio.

Llegada la época de la televisión, así como el cambio de leyes en cuanto a la exhibición en salas, se reinventan volviendo un tanto a sus orígenes en cuanto a anuncios ahora, como decimos, para televisión, y una serie de cortos de duración tal que, al ser sindicados (pues prácticamente los únicos exitosos fueron los de Mr. Magoo, que se "quedó" la cadena madre), servían para llenar huecos en las diferentes cadenas. Pero con el éxito de los anuncios y esos nuevos cortos, la productora funcionaba de momento perfectamente. Después de esa temporada exitosa, incluyendo películas Especiales Navidad (prácticamente, ellos lo iniciaron con una de Mr. Magoo) y la franquicia de Dick Tracy, el nuevo dueño comenzó a desmantelar la sección de animación reconvirtiendo la empresa prácticamente en distribuidora (y remontadora) de cine de serie... B, incluso Z, japonés, y siguiendo prácticamente solo con Mr. Magoo.

Finalmente, la empresa cerró en los 70, pero tanto Magoo como Gerald McBoing-Boing han seguido presentes de una manera u otra, y la influencia de la productora sigue presente en nuestros días en producciones como Samuray Jack, Bob Esponja, La supernenas... y en secuencias o dibujos conceptuales como en Los Increíbles, Lluvia de Albóndigas 2, etc. y es curioso que en países y zonas donde se deja notar en gran medida su influencia... fueron prácticamente los que influyeron en los años 30 y 40 del pasado siglo en los que después fundarían UPA (por otro lado, tengamos en cuenta que durante los más de treinta años en los que estuvo funcionando, pasó tanta gente, muchos de los cuales fundarían después sus propios estudios, que la influencia de UPA se ha mantenido en el tiempo).

Como digo al principio, por las propias reglas que el propio estudio se impuso en sus comienzos, es posible que pocas de sus producciones se nos hayan quedado grabadas en la mente, es decir, que sepamos que son suyas, más allá de Mr. Magoo y poco más, pero revisándolas, vemos que eran de una calidad incuestionable y que iban mucho más allá, en prácticamente todos los sentidos, que la animación imperante en su época. Es más, he estado buscando vídeos en Youtube de la UPA, y me han sorprendido enormemente, a pesar de que, al leer este libro, más o menos sabía lo que me iba a encontrar; pero no es lo mismo leerlo que visualizarlo, por lo que recomiendo, a todos los interesados, visualizar obras como Madeline, Rooty Toot Toot, The Tell Tale Heart (versión de El corazón delator, de Edgard Allan Poe), The invisible moustache of Raoul Dufy, The Unicorn in he garden... y las de Gerald McBoing y Mr. Magoo, sobre todo el Especial Navidad, 1001 Arabian Nights y When Magoo Flew... Y bueno, todos los que encontréis.

Nada más (ya está bien, ¿no?) ;)


Argumento:

Rompiendo con la temática naíf, las líneas curvas y el acercamiento al realismo, un grupo de insurrectos artistas de los Walt Disney Studios, decidieron crear su propia empresa de animación: United Productions of América, más conocida como la UPA.

Su apuesta por un estilo de dibujo cercano al de la prensa, de diseños simplificados, líneas rectas, colores que desbordaban el contorno de los personajes y fondos decididamente bidimensionales; una animación rompedora, estilizada, que se desprende de la fluidez del movimiento real y entra en sintonía con la música jazz; y unas historias que conectan con las familias de clase media de las grandes ciudades del mundo occidental, donde existen los atropellos, los juicios amañados, los problemas financieros o los desencuentros del amor; convirtió a la UPA en el estudio más influyente en la industria de la animación internacional en la década de los años cincuenta, estableciendo las bases de un estilo que, aún hoy, es seguido por un buen número de animadores en todo el globo.

(sinopsis editorial)

 

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