CUANDO SUSANAH LLORA, de J.J. Castillo (RESEÑA)
Cuando Susanah llora, J.J. Castillo.
Portada: Alejandro Colucci
Editorial: Dolmen
ISBN: 978-84-15296-06-5
Páginas: 310
PVP: 17, 95
Bueno, aunque realmente no suelo leer novelas de zombies, porque en el fondo “pienso” que no me gustan, he de reconocer que ya llevo unas cuantas leídas, algunas por amistad, otras para hacer las reseñas, y otras porque en ese momento no tenía otra cosa a mano que leer… Y aunque muchos nos estamos preguntando cuando acabará la, llamémosle “moda” de los zombies, la verdad es que parece que cada vez hay más autores tocando el tema, con lo que, evidentemente, aparecen más y más relatos y novelas sobre el tema. Y parece que la competencia está haciendo que los autores se esfuercen por salirse del tópico del zombi lento, torpe, que sólo basa su “fuerza” en el número, buscando otros tipos de seres, así como de historias, para poder entrar en el “maremágnum” de la literatura zombi.
Así, en el caso que nos ocupa, tanto por tema, como por método de escritura, como por el tipo de “resucitados” (esto parece ser otra característica de muchos autores, el evitar la palabra zombi todo lo posible en sus obras), J. J. Castillo ha logrado una novela que, sin ser yo un gran conocedor del género, creo que puede alejarse de muchos de los tópicos que podrían hacer peligrar una novela de este tema.
En cuanto al tema, el pueblo aislado, su manera de convivir, tanto los nacidos allí, como los que han fijado allí su residencia, o los que llegan a él tras la catástrofe, sus relaciones, etc, y Susanah, el bebé que, supuestamente, alerta con su llanto de la llegada de los “resucitados”.
En cuanto al tipo de zombies, también ha variado algo, y no son solamente los típicos seres lentos, pesados, torpes, que como he dicho antes, sólo son peligrosos por su número, y que en solitario, o en muy bajo número, no supondrían mayor peligro, en caso de estar preparado para su llegada; no, aquí hay alguna que otra variante… además del peligro que supone que muchos de ellos serán familiares directos de los habitantes del pueblo, al ser éste una comunidad cerrada.
Y método de escritura; el autor huye de la narración lineal, y construye prácticamente una novela-río, con cantidad de personajes que van dando nombre a cada capítulo, que por lo general son cortos, haciendo que la trama avance, por un lado rápidamente, y por otro saltando de unas situaciones a otras, contribuyendo así a la fluidez del relato.
Por otro lado, da la impresión, no sé si estaré en lo cierto, de que el autor pretende seguir profundizando en este tema, pues hay ciertas cosas que tal vez se podrían explicar más adelante (sobre todo, para no saturar este libro, que ya cuenta con sus buenas 310 páginas), así como profundizar en otras, e incluso historias paralelas.
En definitiva, una buena novela de una temática de la que siempre he recelado, que se aparta del tópico zombi, nos narra la acción de una manera más propia de la novela de fantasía que al de terror, y que nos deja con ganas de más.
Por cierto, un toque de atención a Dolmen –y me sabe mal, porque el corrector es amigo mío-; hay algunos errores, no muchos, pero que en ciertos momentos molestan bastante. No recuerdo si en las otras (2) novelas de Dolmen he detectado fallos, así que espero que se deban a algo momentáneo, pues aunque como digo son pocos, hay alguno verdaderamente “aberrante”.
(Reseña aparecida en PLANETAS PROHIBIDOS)
Portada: Alejandro Colucci
Editorial: Dolmen
ISBN: 978-84-15296-06-5
Páginas: 310
PVP: 17, 95
Bueno, aunque realmente no suelo leer novelas de zombies, porque en el fondo “pienso” que no me gustan, he de reconocer que ya llevo unas cuantas leídas, algunas por amistad, otras para hacer las reseñas, y otras porque en ese momento no tenía otra cosa a mano que leer… Y aunque muchos nos estamos preguntando cuando acabará la, llamémosle “moda” de los zombies, la verdad es que parece que cada vez hay más autores tocando el tema, con lo que, evidentemente, aparecen más y más relatos y novelas sobre el tema. Y parece que la competencia está haciendo que los autores se esfuercen por salirse del tópico del zombi lento, torpe, que sólo basa su “fuerza” en el número, buscando otros tipos de seres, así como de historias, para poder entrar en el “maremágnum” de la literatura zombi.
Así, en el caso que nos ocupa, tanto por tema, como por método de escritura, como por el tipo de “resucitados” (esto parece ser otra característica de muchos autores, el evitar la palabra zombi todo lo posible en sus obras), J. J. Castillo ha logrado una novela que, sin ser yo un gran conocedor del género, creo que puede alejarse de muchos de los tópicos que podrían hacer peligrar una novela de este tema.
En cuanto al tema, el pueblo aislado, su manera de convivir, tanto los nacidos allí, como los que han fijado allí su residencia, o los que llegan a él tras la catástrofe, sus relaciones, etc, y Susanah, el bebé que, supuestamente, alerta con su llanto de la llegada de los “resucitados”.
En cuanto al tipo de zombies, también ha variado algo, y no son solamente los típicos seres lentos, pesados, torpes, que como he dicho antes, sólo son peligrosos por su número, y que en solitario, o en muy bajo número, no supondrían mayor peligro, en caso de estar preparado para su llegada; no, aquí hay alguna que otra variante… además del peligro que supone que muchos de ellos serán familiares directos de los habitantes del pueblo, al ser éste una comunidad cerrada.
Y método de escritura; el autor huye de la narración lineal, y construye prácticamente una novela-río, con cantidad de personajes que van dando nombre a cada capítulo, que por lo general son cortos, haciendo que la trama avance, por un lado rápidamente, y por otro saltando de unas situaciones a otras, contribuyendo así a la fluidez del relato.
Por otro lado, da la impresión, no sé si estaré en lo cierto, de que el autor pretende seguir profundizando en este tema, pues hay ciertas cosas que tal vez se podrían explicar más adelante (sobre todo, para no saturar este libro, que ya cuenta con sus buenas 310 páginas), así como profundizar en otras, e incluso historias paralelas.
En definitiva, una buena novela de una temática de la que siempre he recelado, que se aparta del tópico zombi, nos narra la acción de una manera más propia de la novela de fantasía que al de terror, y que nos deja con ganas de más.
Por cierto, un toque de atención a Dolmen –y me sabe mal, porque el corrector es amigo mío-; hay algunos errores, no muchos, pero que en ciertos momentos molestan bastante. No recuerdo si en las otras (2) novelas de Dolmen he detectado fallos, así que espero que se deban a algo momentáneo, pues aunque como digo son pocos, hay alguno verdaderamente “aberrante”.
(Reseña aparecida en PLANETAS PROHIBIDOS)
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