reseñas:SOMBRAS DE UN MISMO SOL, de David Calleja Cuñado


Sombras de un mismo Sol,


de David Calleja Cuñado

Juan José Aroz, Editor, 2003

Colección Espiral Ciencia Ficción, 29

11 Euros

De entrada, considero muy loable el trabajo del editor, Juan José Aroz , dando la oportunidad a autores noveles de publicar su obra, puesto que muchos de los que aquí publican lo hacen por primera vez, dándose así a conocer. No todos los autores de Espiral son noveles, ya que se han publicado novelas de Angel Torres Quesada, Gabriel Bermúdez Castillo, Eduardo Vaquerizo, etc, pero el grueso de los publicados sí lo hacen por primera vez.

Además, esta editorial convoca un premio anual, editando los relatos de los finalistas, y algunas de las novelas publicadas han ganado los prestigiosos premios Ignotus de Ciencia Ficción, y también las ilustraciones de algunas de ellas. (la relación de estos premios y menciones se detallan en el propio libro que nos ocupa)

Así, una gran labor en pro de la CF patria, la que, a pesar de la innegable calidad de sus muchas obras, está claramente marginada en nuestro país- sirvan los recientes ejemplos de autores españoles que publican su obra antes en el extranjero que aquí -.

“Sombras de un Mismo Sol” narra la búsqueda de una persona, una mujer obligada a luchar en un espectáculo conocido a nivel galáctico. La acción se desarrolla mediante cartas entre los personajes, confesiones, anotaciones de diarios, monólogos, y similares. Además, cada capítulo comienza con una (muy) breve descripción, apenas un par de líneas o menos, orientándonos sobre quien "habla", algo que puede recordarnos a las breves descripciones que hace en cada capitulo el clásico universal de la literatura, El Quijote y, en menor medida, a otros como Dune- saga -, etc.

Sin embargo, en contra de lo que pudiera parecer a la vista de este estilo "epistolar", la acción no falta, llegando incluso en algunos momentos a la violencia pura y dura

Porque al fin y al cabo, lo que nos encontramos es una especie de Space Opera, que la admiración del autor por el género fantástico (guiños/homenaje a Tolkien y Lovecraft incluidos) convierte en el viaje iniciático de los personajes, cada uno en busca de alguna obsesión personal- o adquirida, como en el caso de Pedro, el minero de Ganímedes-

Todos los personajes cambiarán, el viaje en busca de Dido, la guerrera, les llevará a plantearse su estilo de vida, a arrepentirse de su pasado, o a reafirmarse en sus posturas.

La formación del autor como periodista hace que maneje con soltura el lenguaje, que las cartas, monólogos, diarios personales, etc, no nos resulten un lastre para la narración; cierto que a veces la mezcla de estilos dentro de un mismo capítulo chirría un poco, pero esto no sucede muy a menudo .

Lo que choca un poco es el tema elegido; todo sucede porque un periodista desvela que el juego de gladiadores de la Red, famoso a nivel interplanetario, no es una perfecta orquestación de actores que se hacen pasar por luchadores, sino de delincuentes que se juegan la vida realmente. Lo curioso del caso es que el espectáculo es famoso sin que se permitan grabar imágenes, sólo con las crónicas periodísticas y las invitaciones a famosos de todos los planetas. Además, como se ha dicho, el fraude proviene de utilizar a delincuentes en prisión, en vez de actores, cuando lo normal, a mi entender, sería lo contrario. Vale que todos sepamos que la Lucha Libre está totalmente orquestada y manipulada, pero eso no quita con que suspendamos nuestra incredulidad durante las luchas y entremos en un mundo de superhombres, con sus poderes, sus odios, sus alianzas, sus traiciones, etc; si ya de entrada nos dicen que lo que vamos a ver es una "película", ¿nos sentiremos defraudados al saber que es real?...

Éste es el punto débil que le encuentro al libro, un extremo del que el mismo autor parece darse cuenta hacia el final del libro, y pone en boca de la exluchadora, Dido, estas mismas cuestiones, pero sin dar ninguna explicación ni llegar a ninguna conclusión.

Pero bueno, superado este bache, enseguida entramos en las aventuras de los tres personajes que, por distintos motivos, confluyen en Karabor, el planeta sede de la Red, cada uno en busca de algo, lo que nos lleva a ese viaje iniciático al que hacíamos referencia;

  • Simón, el periodista, en busca de la mujer que casi le mató, y por culpa de la cual arruinó su vida- al publicar la noticia del fraude de la Red;
  • Rita, la taxista, en busca de su ideal de sociedad, a la que no le importa aprovecharse de los demás con tal de cumplir sus objetivos- aunque a veces demuestre una curiosa inocencia -.
  • Pedro, el minero de Ganímedes, dispuesto a encontrar a Dido para complacer a su mentor, que era de su misma ciudad, allá en la Tierra.

El planeta desértico Karabor, cuyo único mérito es ser sede de la Red, la organización de los juegos planetarios de lucha, sede de organizaciones piratas, mineras, y religiosas- trasunto de todos los planetas medio olvidados de la administración que nos podamos encontrar en la literatura de Ciencia Ficción y en Cine.

David Calleja no deja pasar su amor por la Fantasía e incluye algunos pasajes de corte fantástico que, curiosamente, parecen ir bien en ese ambiente.

Sin embargo, a veces alguna vez cae en el tópico, tanto literaria como narrativamente; el capítulo de la historia de Néstor, el fundador de Nueva Pilos es un claro ejemplo de esto, se podía haber aligerado, dado que lo que nos cuenta ya lo hemos oído muchas veces, y que perfectamente se podría obviar, contando lo necesario para la trama en unas pocas líneas.

Los protagonistas son engañados, ayudados, perseguidos, se aman y/o se odian, matan o mueren. Hay momentos de intensa acción, y momentos para sentimentalismos.

El desierto del planeta- el desértico planeta, más bien- actúa como enorme lienzo sobre el que contar muchas historias, que van confluyendo, al mismo tiempo que el Sol del desierto va borrando sus vidas anteriores.

El libro cumple perfectamente su función de entretenimiento, es una buena inversión dado su precio- 11 Euros-, y de paso apoyamos a los autores patrios- sobre todo, a los más jóvenes y desconocidos.

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