Cuentos desde el bucle (Tales from the Loop)

 


(Otra de las colaboraciones en Culturetas Selectivos)

Se está comentando estos días la serie, miniserie en realidad, “Cuentos desde el Bucle” (Tales from the Loop), basada en las ilustraciones futuristas de Simon Stalenhag, con música de Philip Glass. Dicha serie trata sobre los habitantes de un pueblo situado sobre el Bucle, una máquina construida para explorar y desbloquear los misterios del Universo. Dicha máquina (un centro de investigaciones, más bien) influye en los habitantes de dicha población, y algunos de los aparatos, maquinaria, aparecen a veces en las inmediaciones. “Tales from the Loop” trata de los sentimientos humanos, de la percepción del tiempo, del amor, del miedo, del sentido de protección, de la amistad, la muerte, etc;  a la vez, estos conceptos, estas vivencias, estarán enlazadas con conceptos científicos experimentados por algunos de los habitantes, tales como viajes en el tiempo, vida artificial, universos paralelos, y varios más claramente ciencia ficcioneros. Los episodios son prácticamente independientes, y se centran en varios de los pobladores, pero con un nexo en común que las interconecta. Así, en realidad, estamos viendo como la tecnología afecta a esos sentimientos a los que hacemos referencia; seguimos el día a día de una comunidad claramente influenciada por la ciencia y los mecanismos que, algunos abandonados, aparecen por la zona. Trata de profundizar en las emociones humanas, como por ejemplo en el dolor de la pérdida, en el amor, la protección al núcleo familiar… todo ello, como venimos diciendo, conectado con un principio científico o teórico, con un ritmo lento, pausado, reflexivo, y una música suave, mayoritariamente de piano, aunque a veces hacen acto de presencia otros instrumentos como violines, contrabajos, y similares. Teóricamente, todo ese despliegue de sentimientos, emociones, pensamientos, etc, sustentados sobre una idea científica, o un experimento, creados a partir de las ilustraciones futuristas y realistas, crean un lienzo preciosista que nos invita justamente a eso, a la reflexión, a pensar e n como la ciencia puede afectarnos o, al menos a aceptarla como parte de nuestra vida. Una ciencia, una tecnología, que forma parte esencial e inseparable de nuestro mundo, y a la que no hay que temer, sino más bien aceptarla y convivir con ella. 

Pero… 

En mi opinión, se torna excesivamente lenta, en ocasiones creo que incluso peca de pretenciosa, recreándose en tomas preciosistas, acompañadas por la música, que, por excesiva repetición en cada capítulo, acaba por saturarnos. Está bien que a veces paremos el ritmo, que veamos durante unos segundos un árbol en medio de la nada mientras suena un piano… pero no si poco después vemos un granero vacío con música de violines, y luego una gota cayendo lentamente de una hoja… Vamos, no sé si me entendéis. Claro, tengamos en cuenta que la base de esta serie es un libro de ilustraciones que, por muy preciosas que sean, no nos cuentan una historia. Y eso, capítulo a capítulo… cansa. Porque, en realidad, no nos cuentan nada extraordinario, nada que no hayamos podido ver en otras series/lugares/películas… Como vengo diciendo, habla de sentimientos, emociones, influenciadas por el entorno donde se desarrollan, por el Bucle, y las maquinarias que se encuentran por el poblado (que, por cierto, ¡ya les vale a los del Bucle ir dejándose esos artefactos por ahí, con el peligro que entrañan la mayoría! ); el miedo a la pérdida (del amor, de un familiar…), el sentido de protección (a la familia, al entorno…), la amistad, etc. Como digo, nada nuevo, nada especial. 

Por otro lado, otra cosa que no me ha convencido es que a veces las cosas suceden porque tienen que suceder, para el “bien” de la historia, sin mucha base (ni científica, ni de otra), pero que los guionistas se saltan con una frase, la cual debemos dar por buena y creernos para continuar con el relato; y las “casualidades”, la concatenación de sucesos que… a ver si me explico con un ejemplo, sin caer en spoilers…  (después de escribir el párrafo con el ejemplo, he decidido borrarlo, se alargaba mucho, y era demasiado explícito; baste decir que hay algún que otro caso de esas “vaya casualidad” que, como digo, me “chirrían” bastante… 

En fin, para mí una serie que peca un tanto de pretenciosidad, que pretende mostrarnos las relaciones entre las emociones humanas y la tecnología, como se influyen mutuamente, cómo se retroalimentan, con una puesta en escena visual y musicalmente preciosistas, que parte de una serie de ilustraciones, pero que en realidad no nos muestran nada que no hayamos visto antes, fallando en el intento por su estilo pretendidamente reflexivo, en exceso pausado; demasiadas pausas en cada capítulo, demasiadas secuencias “bonitas”  que, por su acumulación  cansan, y con algunas soluciones de guión algo tramposas en ocasiones, a veces por pasar de largo sobre ciertos temas para ir directos a la resolución, otras por las excesivas cadenas de casualidades para conducirnos a donde (tramposamente, reitero) los guionistas nos quieren llevar, lo que nos hace verla con cierto escepticismo.    

Para mí, algo fallida 

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