VIAJE ( microrrelato)
Mi viaje, obligado por las circunstancias, a la realidad, no ha conseguido cambiar mi modo de ver las cosas. Me resisto al cambio, sin ser consciente de ello; es una cosa natural, mi ser no está hecho para semejantes vaivenes, sino que está anclado firmemente a este lado de lo que otros pueden llamar realidad. Somos muchos aquí, y nuestros continuos viajes al otro lado bastan para definirnos como entelequias, quimeras, ensoñaciones, alucinaciones... sueños prestados y cobrados en forma de un suspiro de la Eternidad.
Pero, como ya he dicho, mi viaje no cambió nada en mí; tal vez en el otro lado tuviera alguna repercusión: no lo sé, no me interesa saberlo. Fue un viaje de ida y vuelta, un relámpago fugaz que pasó sobre vuestras cabezas, un aleteo de la consciencia, una mota en el firmamento de vuestras atropelladas ideas.
Fui y volví. Realicé mi labor sin que se alterara nada más que lo preciso; y aún así, nadie se dará cuenta.
Viajé obligado por el deber, así que no es asunto mío evaluar, si las hay, las consecuencias. Éste lado de vuestras ensoñaciones sigue firme, atado a mi ser y a los que son como yo; lo que hagáis allí, ya veremos cómo acaba...
Pero, como ya he dicho, mi viaje no cambió nada en mí; tal vez en el otro lado tuviera alguna repercusión: no lo sé, no me interesa saberlo. Fue un viaje de ida y vuelta, un relámpago fugaz que pasó sobre vuestras cabezas, un aleteo de la consciencia, una mota en el firmamento de vuestras atropelladas ideas.
Fui y volví. Realicé mi labor sin que se alterara nada más que lo preciso; y aún así, nadie se dará cuenta.
Viajé obligado por el deber, así que no es asunto mío evaluar, si las hay, las consecuencias. Éste lado de vuestras ensoñaciones sigue firme, atado a mi ser y a los que son como yo; lo que hagáis allí, ya veremos cómo acaba...
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