El regate, de Sérgio Rodrígues (reseña)

Título: El regate
Título Original: (O drible, 2013)
Editorial: Anagrama
Colección: Panorama de Narrativas


Copyright:
© Companhia das Letras
© Sérgio Rodríguez
© Editorial Anagrama, S.A.
Traducción: Juan Pablo Villalobos
Edición: 1ª Edición: Mayo 2014
Tapa: Blanda

Nº de páginas: 216

Argumento:

Murilo Filho es un legendario cronista futbolístico que se enfrenta al último partido de su vida: una enfermedad terminal. Neto, su hijo, con el que rompió relaciones hace veintiséis años, es un resentido que se gana la vida como corrector de libros de autoayuda y se regodea en la nostalgia de la cultura pop de los años setenta. Un abismo los separa.
El mundo del padre es la época de oro del fútbol brasileño, de la conquista del tricampeonato, de Garrincha y Pelé, de Maracaná, de la bossa nova, de la playa de Copacabana desde la que los bañistas vislumbraban, sonrientes, el futuro soleado del país. Un futuro que se oscureció y del que Neto y su generación son una prueba dolorosa: fueron los hijos de una dictadura salvaje y son los adultos desencantados de la democracia.
Entre los cracks del pasado que reviven en las historias de Murilo Filho está el fascinante Peralvo, un jugador de talento literalmente mágico, un hechicero del mundo de la umbanda y el candomblé, que debería haber sido «más grande que Pelé». El regate es también un relato de la epopeya que miles de niños brasileños, venidos de todos los rincones del país, viven para tratar de consagrarse en el fútbol carioca.
Un tema comentado con frecuencia es la ausencia de grandes novelas sobre fútbol. "El regate" pone en jaque dicha creencia: a través de una trama de rivalidad y venganza familiar en la que se mezclan el fútbol, la política y el sexo, Sérgio Rodrigues emprende una celebración del glorioso pasado deportivo brasileño, que es, al mismo tiempo, un homenaje nostálgico a la ciudad de Río de Janeiro.   (argumento editorial)

Opinión:


Como se comenta en la misma sinopsis editorial, se echaba en falta una buena novela de fútbol, y ésta lo es. Bien, no vamos a contradecirlos: es una buena novela, y además habla de fútbol, es verdad. Además, aunque parezca que el fútbol es una especie de excusa, un trasfondo sobre el que construir la historia de los personajes principales (básicamente, Murilo y su hijo Neto), al final se revelará, sorprendentemente, como algo muy importante en el desarrollo de la novela, en un sorpresivo final de la misma.
Juega el autor con dos contextos históricos, aprovechando que Murilo (famoso locutor radiofónico de fútbol, escritor, y personaje famoso) retoma el contacto con su hijo; así, nos muestra, mediante la narración de Murilo a Neto, y mediante un libro que está escribiendo, la época dorada del fútbol brasileño, sus entresijos, su cara oculta, sus rivalidades, sus héroes, sus estrellas, etc. El otro contexto histórico sería el actual, el del reencuentro de ambos personajes, donde conocemos el porqué del distanciamiento de décadas, y profundizaremos en la historia personal de ambos, tanto pasada, como contemporánea.
A veces, tal vez por falta de costumbre de novelas de tal procedencia geográfica, me ha parecido un tanto localista, recreándose en ciertos momentos en lugares, ciudades y parajes que me han lastrado un poco la lectura, por su abundancia; es decir, por supuesto el autor escribirá de donde y de lo que conoce, es normal, pero a veces me ha parecido que, para el mercado internacional, es un poco excesivo. Igualmente me sucede con los hechos históricos, que el autor muchas veces da por conocidos y que yo, por desconocimiento del tema, no he podido asimilarlo adecuadamente.
Pero ya digo que puede ser más por desconocimiento propio y falta de costumbre por mi parte, que por defecto de la novela (aunque como he dicho, tal vez para el mercado internacional, o para el lector medio, hayan ciertas cosas que yo, personalmente, tal vez hubiera retocado un poco). Porque no nos engañemos, se publicita como una novela de fútbol, y eso puede hacer creer que va a ser una lectura ligera, de consumo rápido, y no es así; al contrario, el grueso de la novela lo conforman las relaciones entre los protagonistas "no futbolistas", sus historias pasadas y presentes, aunque al final descubramos, sorpresa incluida, que todos están muy relacionados.
Y la parte futbolística, como digo, íntimamente relacionada -aunque no lo parezca de entrada- con el desarrollo, no sólo una anécdota, tiene su particular encanto, con los recuerdos/narraciones de los partidos, los personajes que se mueven alrededor del fútbol, las jóvenes promesas, el contexto histórico donde se desarrolla, las relaciones entre todos ellos, etc.
Una novela en cierta medida exigente, tanto por el lenguaje utilizado, como por el contexto histórico y geográfico donde se ubica, que juega a dos bandas, en sendos momentos y situaciones; una de ellas la futbolística de los años dorados del fútbol brasileño (años 60-70), y la otra más actual, más personal y emotiva, pero que guardan entre ambas una íntima relación.




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