Black Max vol. 1 (reseña)

La soberanía de las nubes durante la Primera Guerra Mundial ha comenzado. A un lado, el imparable barón Maximilien von Klorr, conocido como Black Max, y su escuadrón de murciélagos gigantes asesinos. Al otro lado, los pilotos del Real Cuerpo Área británico encabezados por el teniente Tim Wilson. ¡Y la derrota no es una opción!
Editorial: Dolmen
Colección: Albion


Zepelines imposibles, islas flotantes, niebla artificial, problemas de combustible, escuadrones de bombarderos y aterrizajes de emergencia. Inédito en España hasta la fecha, este influyente clásico del cómic británico de la década de los setenta está ilustrado por Alfonso Font, uno de los mejores historietistas de nuestro país.



En los semanarios juveniles ingleses eran muy comunes una serie de características. Cuando debido al mercado había que realizar una serie de cambios, era habitual que los editores de la revista se reuniesen y crearan nuevas series para probar su viabilidad; una vez comprobada la misma, si eran aceptadas por el público, se buscaba un equipo creativo que las llevara a cabo semanalmente. Esto derivaba a veces en una sobrecarga de trabajo para los artistas de las diferentes revistas, por lo que a veces comprobaréis que los nombres de los mismos, en las reseñas de esta línea ALBION se repiten. En el caso de los guionistas, esto llevaba a que prácticamente semana a semana se improvisasen nuevas aventuras, sin una idea general de por dónde llevar a los protagonistas; esto es, sin "arcos argumentales". Al contrario de lo que pudiera pensarse, esto aportaba un sentido de la maravilla, de aventuras, alocadas a veces, sin fin, de no dar respiro al lector. Para los dibujantes, podía implicar una simplificación en parte de su arte pero que, como ya dijimos en la reseña de SPIDER, no minusvalora al mismo, sino que muchas veces era realmente al contrario.

De todas maneras, esa simplificación debida al exceso de trabajo no se daba de golpe, sino que sucedía gradualmente, por lo que los lectores semanales no solían ser muy conscientes de ello (incluso con estas recopilaciones es difícil a veces darse cuenta); ello debido al gran arte que presentaban y, como digo, a la vertiginosa acción que desarrollaban.


También era común en estas historias de acción que los protagonistas, al menos en principio, fueran malvados o, al menos, parte de la historieta se vivía desde el punto de vista del villano. Muy alejado esta forma de crear historietas del cómic de EEUU, así como del europeo (pienso ahora en el franco belga, por ejemplo). Sin embargo, la popularidad de dichos personajes solía hacer que los autores los llevaran al lado del bien (o, cuando menos, se alejaran más o menos claramente del del mal). Caso, por ejemplo, que podéis leer en la reseña de SPIDER, y en futuras de esta colección que muy pronto publicaremos.

Y el caso que nos ocupa, "Black Max" cumple (evidentemente, si no no hubiera escrito todo lo anterior) con lo dicho. Aquí encontramos a un as alemán de la aviación durante la 1ª Guerra Mundial, el barón Maximilien von Klorr (Black Max), descendiente de una familia muy relacionada con los murciélagos; con un escuadrón de los mismos, aterroriza los cielos europeos, buscando venganza sobre los pilotos del Real Cuerpo Aéreo Británico, a los que acusa de desfigurarlo. El único que ha descubierto sus planes pero al que nadie cree y por ello debe enfrentarse en solitario a Black Max y sus murciélagos gigantes asesinos, es el joven Tim Wilson, ex piloto circense y ahora piloto del RAC.

Esta serie permanecía inédita hasta el momento en España.

La serie la comenzó dibujando Eric Bradbury (uno de los artistas que volveremos a ver en estas reseñas a cargo de otras series), cuya experiencia previa como artillero de la 2ª Guerra Mundial, así como sus más de treinta años en la profesión de dibujante, le capacitaba para dibujar los magníficos combates aéreos de la serie. Gran manejador de las tintas, los volúmenes de sombra, su estilo, unido a su conocimiento de los combates aéreos y de los diferentes modelos de aviones utilizados, le hacía especialmente idóneo para la serie.

Pero, como decimos, la sobrecarga de trabajo, además de otras circunstancias podían propiciar bailes de equipos creativos, por lo que la serie pronto recae en Alfonso Font, que se valió de diversas maquetas que él mismo montaba para recrear las diferentes aeronaves. Se aprecia en el cambio de dibujantes un cambio de los volúmenes de tintas a las líneas, sin dejar de lado el equilibrio de las sombras de dichos volúmenes, tan característico en las obras en blanco y negro. Esto hace que el dibujo derive hacia un estilo tal vez un poco más elegante, permitiéndole, con el tiempo (y la evolución de Font), que la serie evolucione, pasando de los combates casi puramente aéreos, a mostrarnos las trincheras, el armamento de tierra, a grupos de soldados, diferentes localizaciones, etc.

Es de suponer que todo ello, con la sugerencia, o al menos con la connivencia, del guionista de la serie en ese momento, un Frank Pepper al que creo que volveremos a ver por aquí.


Como veis, inconscientemente tal vez, he hablado mucho más del tema artístico que de los guiones; como vengo diciendo, acción pura, sin descanso, en las tres páginas semanales de las que disponían, y dejando "en el aire" la siguiente entrega, que en estos recopilatorios, evidentemente, podemos continuar leyendo, pero que dejaría a los lectores de la época de todas estas revistas mordiéndose las uñas esperando el siguiente número.

Se complementan estos recopilatorios con diversos artículos de lo más interesantes sobre los autores, la obra, las revista inglesas, etc.

Excelentes tomos los de esta línea, como prácticamente todo lo que está sacando esta editorial en las diferentes colecciones (Fuera Borda, Sin Fronteras, Albión), recuperando a veces historias y personajes menos conocidos , y otras publicando otros que, aunque más conocidos, tuvieron una, cuando menos, errática publicación en España.

 

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