La Era de la Supernova (Cixin Liu); reseña
Hace unos días publiqué la reseña de La Tierra Errante, donde además enlazaba a la de La Esfera Luminosa; vamos ahora con otra reseña de Cixin Liu, la reciente La Era de la Supernova. Como las anteriores, reseña publicada en Anika Entre Libros:
Título: La era de la supernova Copyright: © 2003, Liu Cixin © 2020, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. © 2020, FT Culture por la traducción al español © 2020, Javier Altayó Finestres, por la traducción del chino. Traducción: Javier Altayó Finestres Edición: 1ª Edición: Octubre 2020 ISBN: 9788417347949 Tapa: Blanda Nº de páginas: 496 |
poco tiempo para que puedan transmitir a los menores de trece años todo el conocimiento necesario para poder hacer que la sociedad humana siga en pie. Pero tal vez los niños no quieran seguir con el legado de sus mayores, y la humanidad cambie por completo, si es que finalmente puede sobrevivir.
En este caso nos enfrentamos a una obra de ficción especulativa, no de ciencia ficción. Ya en otras obras del autor hemos comentado que a veces son más de thriller tecnológico, o literatura especulativa, que de ciencia ficción. Bueno, esto a veces se debe, en realidad, a la dificultad de etiquetaje que tiene la llamada ciencia ficción; pero, en este caso, se debe claramente a que prima la especulación por encima del resto de temática, con casi nula presencia de lo que realmente conocemos por Ciencia Ficción.
Estamos en realidad ante lo que podríamos definir como una fábula distópica, una parábola de hacia dónde se puede dirigir un cierto tipo de sociedad, una humanidad totalmente alterada por una catástrofe cósmica. Podríamos decir que, tomando como base la obra "El señor de las moscas", de William Golding, a la que se llega a nombrar aquí, se amplía a nivel mundial, tomando como escenario el planeta Tierra, y a los diferentes países como grupos protagonistas, ya sean dentro de sus propias fronteras, como en las relaciones entre los diferentes países, donde seremos testigos de las diferentes mentalidades, en especial entre China y los EEUU, aunque sin dejar de lado otros, incluso bloques como Europa en su conjunto.
Tras un accidente a nivel cósmico, los mayores de 13 años van a desaparecer de la Tierra. Solamente tienen unos pocos años para dejar lo mejor preparados posible a los que les van a suceder, todos aquellos menores de esa edad. Se tiene que elegir a los mejor preparados para los diferentes estratos; gobernantes, militares, fuerzas del orden, médicos, enfermeras, ingenieros... pero también peluqueros, cocineros, etc. Y, dado el poco tiempo disponible, los métodos de elección y preparación tienen que ser de lo más expeditivos... cuando no crueles. Aquí ya vamos discerniendo las diferencias entre los diferentes bloques económicos/sociales/patrióticos.
La mentalidad de los niños, por supuesto, es muy diferente a la de los adultos; por un lado la alegría de vivir, de descubrir cosas nuevas, de experimentar... pero por otro también un cierto desapego a esa misma vida, la temeridad, una cierta inconsciencia ante los riesgos y los (posibles) peligros y sus consecuencias. Es decir, presentan una clara dicotomía, entre el amor a la vida, y el desapego a la misma, dado que no son plenamente conscientes de, como digo, los peligros y sus consecuencias; a veces, incluso, prefieren un buen rato de diversión, aunque ello les lleve a desenlaces a veces desastrosos. Y claro, todo esto en este caso primero dentro de los propios países y luego en sus relaciones con otras potencias.
Unos juegos de lo más crueles, a veces perversos, por parte de unas criaturas con un inmenso poder en sus manos (el armamento de cada país), pero con la comentada dicotomía amor por la vida/desapego por ella, potenciada por el deseo de diversión, propio de las mentes infantiles. Y aquí vemos claramente los juegos de poder entre los países, camuflados (o al menos intentándolo) como "juegos de guerra", pero en realidad utilizados por al menos uno de los bloques como intento de dominación mundial... vamos, lo que ocurre hoy en día con los adultos, pero con los "condicionantes" expresados unas líneas más arriba (los niños con el poder bruto de los adultos).
La mayor parte de la obra está contada en modo narrador omnisciente, como un personaje fuera del relato que lo conoce todo y nos lo va contando. Al final de la novela se descubrirá el por qué, veremos cuál es la idea del autor y a qué se debe dicha elección; pero durante el desarrollo, y a falta de esas pocas páginas donde se desvela tal hecho, ese tipo de narración se nos antoja fría, a veces un mero expositor de los hechos. Quizá se trate de un narrador equisciente... aunque por ese final que comento tal vez sea un narrador testigo (todo esto, que puede parecer demasiado técnico, es para dejaros, sin decirlo ni entrar en spoiler, una pista de ese por qué).
A veces, no llegamos (al menos yo) a conectar del todo con los personajes, pues el autor pone en boca de algunos frases, sentencias que, a pesar de que se suponen los más preparados, no llego a imaginármelos soltando esas "máximas"; igualmente, con las acciones de algunos de ellos: me cuesta mucho llegar a imaginarme niños, de como máximo 13 años, en esas situaciones (las previas, cómo eran justo antes del desastre... y cómo actúan tras el mismo). No sé, igual está conectado con el modelo de narración que comento más arriba, el de un narrador externo que transmite cierta frialdad por lo que, al pasar la narración a los personajes principales, seguimos con esa frialdad. Cierto que con ese final que comento veremos el por qué e igual cambia un poco toda esa percepción; pero como también digo, son pocas páginas al final, a modo de epílogo, a las que llegamos tras casi 500 páginas de desarrollo.
En realidad, y dadas pasadas experiencias con la obra de Cixin Liu, podemos decir que en su obra pesan más las implicaciones morales, las obsesiones particulares (o patrióticas), las decisiones y adónde nos pueden llevar, la idea de la evolución humana como una constante lucha, la manera de encarar las catástrofes, etc., que la parte de ciencia ficción/tecnológica, a la que usa más como envoltorio, o como base pasa desarrollar esos temas.
Es decir, la idea primordial de Liu es la lucha humana y todo lo que ello conlleva, situándola en un entorno tecnológico, cuando no decididamente futurista. Y por eso el principio de esta reseña, catalogando la obra de inmensa fábula distópica, como una parábola, una alegoría de la lucha de la humanidad en un entorno hostil.
A pesar de los peros y contras que he comentado, debo decir que puedo recomendar esta obra, por la temática escogida, la manera de llevarnos a través de ella y lo que nos quiere contar el autor. Y más, sobre todo, si eres seguidor/conocedor de la obra de Cixin Liu aunque, como digo, en esta ocasión se trate más de un tecno thriller (como en algunos de sus relatos) que de Ciencia Ficción.
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