PASILLOS (micro relato improvisado)

Sin fondo, la vida es ambigua y sin fondo. Sólo la recorremos en una de sus infinitas dimensiones; algunos, muy afortunados (o tal vez no), consiguen desplazarse por ella en más de una dimensión. Prorrogables senderos les conducen, de todas maneras, al mismo destino que al resto, tal vez menos afortunados, tal vez más por alcanzar el objetivo final antes que los otros. Aquellos recorren vicisitudes sin nombre, aleatorios pasillos de probabilidades, efímeras existencias de alados recuerdos coherentemente relacionados; pero los otros, el resto de nosotros, deambulamos por ella sin más destino que aquel al que nuestros taimados pasos nos orienten, aventura sin fondo y desplazada del eterno equinoccio que rota sobre nuestros cuerpos sin espíritu.
Y danzarines fantasmas con el rostro de nuestras máscaras en vida abrirán el camino hacia esas otras esferas donde esperamos reencontrarnos todos, paseantes y deambuladores, destinados y errantes.

Finalmente, el objetivo se agranda poco a poco ante nuestra faz, inmaculado rostro nonato en nuestra existencia de sombras y suspiros, y por fin, arribamos a las más abiertas posibilidades de redención posibles.
Y ese es el final, porque la vida es, en el fondo, un pozo sin fondo, ambigua y aleatoria, no certificada en realidad para los espíritus más pobres entre los habitantes de estos tiernos habitáculos denominados planos de existencia.

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