Reseña: El hombre que nunca sacrificaba las gallinas viejas (Darío Vilas)

OPINIÓN:

Por su difícil encasillamiento, adscrita al género que su autor ha denominado “realismo bizarro”, esta novela inaugura la colección Dirt de Tyrannosaurus Books


Marcos Laguna/Simetría, tanto monta... porque se podría decir que sólo un lugar como la Isla de Simetría puede dar lugar a un sujeto como Marcos Laguna, pero a la vez podríamos decir también que alguien como Marcos sólo podría vivir en Simetría. Ambos, escenario y personaje son protagonistas, casi a partes iguales, de esta novela catalogada por el propio autor como de "realismo bizarro", a falta de una etiqueta mejor donde ubicarla. Por supuesto, a pesar de la brevedad, aparecerán otros personajes  con su alta dosis de protagonismo, totalmente integrados en el bizarrismo que impera a lo largo de sus páginas, tanto a nivel argumental, como en el tejido social de la Isla donde se desarrolla.

El propio título, extraño como pocos, ya nos da una pista de por donde se va a enfilar el relato;  pero esto lo descubriremos a posteriori, una vez introducidos en el insano submundo del protagonista. "El hombre que nunca sacrificaba a las gallinas viejas", adquiere aquí un doble sentido; en primer lugar, el literal, el que cuenta Marcos al personaje que le está ayudando en el huerto y en la granja, extrañado éste de la presencia de dichos animales, explicando el porqué de no sacrificarlas; pero en otra acepción, esa frase nos explica algo (tal vez bastante) del mundo interior de Marcos Laguna, de esa extraña percepción del mundo que posee, de sus creencias y su extraña moral. Además, esas mismas gallinas que campan plácidamente por el huerto, serán el primer signo de que algo está cambiando en la “nueva vida” de “Marquitos”… legando éste a plantearse si su sacrificio conseguirá que se libre de lo que está por venir.

Por otro lado, en el final de la novela asistimos asombrados a una revelación que tal vez haga cambiar todo el concepto que de Marcos, así como del propio relato, hemos tenido durante todo su desarrollo. Aquí tengo que decir que me ha parecido que el autor ha querido establecer una especie de continuidad con otras obras suyas (Lantana, donde nace el instinto; Piezas desequilibradas, etc), dado una de las últimas frases de la novela, pero no estoy seguro; lo que sí se es que "El hombre que nunca sacrificaba las gallinas viejas" funciona por sí sola, sin necesidad de acudir a otras obras, aunque tal vez tenga algún nexo de unión con otras obras que amplien la lectura.

(leer reseña completa en PLANETAS PROHIBIDOS)

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