Opinión/reseña: De Madrid al Zielo (Alfonso Zamora Llorente)

Antes de comenzar una reseña, suelo dejar reposar unos días la lectura, y empiezo con otros libros, mientras medito en lo que he leído, y cómo encarar la crítica. Entre medias, suelo leer alguna que otra opinión al respecto del libro a reseñar. En este caso, como en otros, realmente, he podido constatar que lo que para unos es lo mejor de un libro, para otros puede no serlo tanto, y lo “menos bueno”, puede ser para otro lo que más le atraiga del libro. Y, otras veces, se puede coincidir. De todas maneras, es lo bueno de la crítica, al menos la realizada con honestidad, tanto con el autor y editores, como con los posibles y futuros lectores.



En el caso que nos ocupa, comenzaré por comentar, como he hecho en todas las ocasiones en que he reseñado historias sobre zombies, que no soy un gran conocedor (y, hasta hace poco, tampoco lector, pero el boom del género hace que los reseñadores acabemos leyendo también este género, por ajeno que nos fuera en un principio), por lo que no puedo valorar en toda su extensión, como sí hacen otros más especializados en este género, la originalidad o no de la propuesta que nos presenta Alfonso en esta novela; sólo comentar que los “infectados” que en ella aparecen parecen seguir los parámetros clásicos, al menos en principio; torpes, lentos, basando su fuerza en el mero número, en la enorme cantidad frente a los no infectados.
Por otro lado, en principio el estilo narrativo del autor resulta atrayente, consistiendo en una narración en primera persona, de una forma coloquial y cercana, tal y como hablaría una persona joven hoy en día, en su ambiente tanto de trabajo como en su círculo familiar y de amistades. Pero, lamentablemente, hay momentos en que ese punto de vista de la narración en primera persona cambia, pasando a una tercera persona no suficientemente clarificado en el texto, produciéndose a veces una mezcla un tanto extraña que puede llegar a desvirtuar ciertos pasajes. No sé exactamente a qué se debe esto, si a una inexperiencia del autor por ser su primera novela, a una confusa traslación de los textos originales del blog al libro (cosa que he leído en otra reseña, puesto que no sabía que comenzó publicándose en blog), o a temas de maquetación.

Otro tema que, personalmente resaltaría es que, al menos a mí, como no madrileño, a veces me ha resultado un poco excesivo el listado de las calles y zonas por la que transitan los protagonistas; me refiero a, por ejemplo cuando huyendo de los infectados, y va contando todo el trayecto, todas las calles, desviaciones,  etc. Como sucede unas cuantas veces, me resulta, como digo, un poco excesivo; sin embargo, tal y como  decía al principio, éste es uno punto que algunos reseñadores consideran como positivo.
La novela nos presenta un puñado de personajes, que consideraría bien definidos, aunque su presencia, algunas veces, no sea muy larga… De todas maneras, cabe achacar a que es la primera novela de Alfonso, al tratamiento que le da a algunos personajes; más que al tratamiento, al uso. Quiero decir con ello que después de presentarnos al núcleo de personajes que creemos centrales, al aparecer una serie de nuevos personajes, prácticamente olvida a muchos de los anteriores, apareciendo alguno solamente de forma testimonial durante el resto de la novela.
Volviendo al desarrollo y trama del libro, como decía casi al principio, la novela parece seguir los parámetros más o menos clásicos de la novela de zombies; sin embargo, muy avanzada la trama, ésta da un giro sorprendente, con una revelación muy importante que, dado lo tardía que aparece, más bien aparece una preparación para la continuación que el mismo autor comenta que está escribiendo. Por suerte, Alfonso Zamora sabe, consigue controlar este giro de los acontecimientos, porque por un momento parecía que íbamos a pasar de la novela de terror/zombi a una especie de novela juvenil; como digo, no es así, y la revelación, tal vez esperada por ciertas pistas que va dejando a lo largo de la narración, no por ello deja de sorprendernos.

Por supuesto, habrá “casquería”, algo de esperar en esta temática, pero el estilo al que hacíamos mención antes consigue, tal vez, un doble objetivo; por un lado, aligerarnos la tensión por la familiaridad, la mistad, etc, que destilan las páginas… pero por otro lado hacer que sintamos todo mucho más cercano, más real, dado el estilo empleado, y los paisajes urbanos que nos describe, tan reales como lo son las calles que tan bien conoce el autor.
En resumen, una buena novela de la temática zombi (como digo, lo de la originalidad o no lo dejaremos en manos de reseñistas más especializados en la temática, pero al menos contiene un giro que da nuevos aires a la novela), con un estilo que la hace más cercana y realista, pero que se nota que es la primera novela del autor, traslación de historias al papel que iba publicando en Internet. Por todo ello, le daremos un voto de confianza, y esperaremos la continuación de este De Madrid al Zielo (o si hay otra antes que esa, lo mismo)
Como siempre, excelente portada de Colucci para Dolmen.

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