INSOMNIA: reseña del libro de AJEC/NOCTE recopilado por Joe Álamo


Hace unas semanas, publicábamos en este mismo blog un artículo sobre las presentaciones, engobladas en los actos de Tiramisú entre Libros en Vaencia, celebrados en Bibliocafé, de los libros "Cenital", de Emilio Bueso, y de "Insomnia, relatos para no dormir", relatos de Nocte seleccionados por J.E. Álamo. Cenital estuvo presentada por Anika Lillo (Anika Entre Libros y por el propio autor), mientras que la de Insomnia corrió a cargo de Joe Álamo, Sergio Mars, Alfredo Álamo, y Emilio Bueso, autores con relatos incluídos en dicha antología. Posteriormente, realizamos para Planetas Prohibidos un par de reseñas de Cenital, a cargo de Noemí Rodríguez una, y la otra a cargo de J. Javier Arnau. Pues hoy, por fin, os presentamos la reseña de INSOMNIA (relatos para no dormir), de AJEC/NOCTE, seleccionada por Joe Álamo. Dicha reseña corre a cargo de Cristina Pérez Moráis y de J. Javier Arnau.

El libro del que estáis a punto de leer la reseña se trata de una recopilación, de los autores de NOCTE, con relatos seleccionados en convocatorias abiertas, incluso ganadores de las mismas. Es decir, relatos avalados por su trayectoria en certámenes y concursos. Las página finales de la presente obra contienen, a modo de apéndice, una sección donde se habla un poco de los autores, y éstos comentan algo sobre la obra incluída aquí.

Empezamos con un prólogo del actual presidente de NOCTE, Juan Ángel Laguna Edroso, hablando de los responsables del volumen (editor y recopilador), y de las “esencias” presentes en los relatos seleccionados.

En cuanto a los relatos propiamente dichos, en primer lugar tenemos BOLA DE MIERDA, de Emilio Bueso: Con un léxico desenfadado, accesible y ameno, que a veces incluso ralla lo cómico (con ciertas cuñas como “Bola de mierda” o “Abuelo Cangrejo”, consigue enganchar al lector, que espera retomar su lectura sin imaginarse el destino final –y fatal- de bola de Mierda. Un relato que se acerca a lo cotidiano, al “día a día” del protagonista (y en especial, a sus “noches a noches” en su “urna de cristal” del parking donde trabaja. El misterio comienza con la aparición de “Abuelo Cangrejo”, y la emoción empieza cuando “Bola de Mierda” empieza su trayectoria marcha atrás. Para los más aprensivos, el “terror” se podría incluso sentir y oir, como si estuviéramos viéndolo en una película de terror, o en un “thriller”, durante los diálogos entre bola y los (supuestos-reales) muertos, así como con la descripción de estos (sólo sus ojos rojos). Es un final, así como los diálogos precedentes, casi “in-creíble” y atípico, que pudee corresponder al perfil de una persona esquizofrénica, oyendo voces (y contestándolas), y a la vez profundamente deprimida que finalmente decide acabar con todo, harto de esa bola de Mierda que es él mismo (o así se siente), y la vida malograda que llevó, y que lleva. Un relato con matices psiquiátricos y en el cual nos preguntamos si tal vez todos seamos meras Bolas de Mierda moviéndonos por inercia rotativa, para poder subsistir en este “bola de mierda” que es el mundo o, incluso, la vida.

En LA NOCHE DE LA SANGRE, de David Jasso, entraremos en una historia que mezcla lo tribal, con los seres sobrenaturales, y la fantasía (o más bien, entroncando con la temática del presente volumen, el terror). Mientras vamos leyendo lo que creemos que será una historia de sacrificios rituales para el bien de la comunidad, el autor nos va llevando hacia un giro final que nos sorprenderá, y veremos que realmente, el sacrifico es mayor de lo que pensábamos, asistiendo a un epílogo donde la supuesta esperanza se funde con el terror, y el ciclo nunca parece acabar, aunque anda sea como pensábamos en un principio.

LA APERTURA SLAGAR, de Santiago Eximeno y Alfredo Álamo, juega (como le gusta a ambos autores), con las reglas de un juego de mesa, y con dimensiones desconocidas que se abren y se cierran según las probabilidades de dicho juego. Esas puertas pueden traer seres desconocidos, a los que sólo los muy valientes pueden derrotar, en su terreno y con sus reglas.

Pasamos ahora al relato de Sergio Mars, YAMATA-NO-OROCHI, el homenaje del autor al escritor de Providence, Howard Philips Lovecraft. Sergio maneja muy bien la narración, (tanto aquí como en otras obras que hemos leído suyas), así como las descripciones. El mismo autor nos dice que este relato se basa en la segunda parte de la Llamada de Cthulhu, pero potenciando el sustrato científico. Pero más allá de una buena narración, y unas excelentes descripciones, el relato de Sergio Mars poco más ofrece, aunque también es verdad que otros relatos basados en el mundo de Lovecraft, y aparecidos en famosas antologías no ofrecen mucho más.

SCHLITZE, de Javier Quevedo Puchal, homenajea a La Parada de los Monstruos (Freaks; Tod Browning 1932). En este caso, la carpa de un circo sirve de marco para una historia de amor (¿no correspondida?) sangrienta y truculenta, de un mago con ciertos tucos “extravagantes”, cuanto menos.

HACIA EL SUR, de Juan de Dios Garduño; podríamos considera un relato que continúa donde acabó LA CARRETERA, la exitosa novela de Cormac McCarthy, ganadora de un premio Putlizer en 2007, y trasladada al cine pocos años después. Una continuación, o tal vez allá donde el autor no se atrevió a llegar originalmente, y que Juande no duda en hacer avanzar, y mostrarnos algo más de lo que McCarthy no quiso o no pudo mostrarnos.

EL CONTADOR DE PERSONAS, de Roberto Malo. Una historia entretenida en la que el lector se va dejando llevar por el recuento, y las características de las personas que van entrando a la sala donde el contador, personaje anónimo, va cumpliendo su función, hasta que, sin darse cuenta, llega el punto con el que no contaba; ese punto y final que no dejará al lector indiferente, y para el que no estaba preparado mediante la lectura previa…

TODO ES EMPEZAR, de Pedro Escudero, es una historia cuya temática hará que el lector se imagine que está en el cementerio de su propio pueblo. Al fin y al cabo, todos los cementerios son casi idénticos… al menos en cuanto a su finalidad. Curiosamente, el carácter de los enterradores o “guardianes de los muertos” acaba pareciéndose también. Lo que ocurra –o tal vez no- dentro del recinto, es asunto de ellos, los enterradores, que lo llevan en la sangre. Y así sucede, con sus relaciones, tanto en un lado como en el otro de la vida… y no todos están bien dispuestos para encarar esa verdad.

COMER, de Óscar Bribián, nos relata la llamada a altas horas de la madrugada a la policía, lo que hace que casi sin quererlo, se forme una especia de misión policial. Y aúna aquí el relato sobrenatural, con el suceso real de un suceso conocido por el autor; el de un perro que se comió a su dueño, y vagaba por las calles de Zaragoza. Así, desarrolla el autor a partir de esa “anécdota” un relato donde se entremezcla lo urbano de las patrullas policiales nocturnas, con un suceso perturbador y terrorífico.

En SED, de Fermín González Moreno, nos encontramos una Zaragoza (curiosa la elección y colocación de este y el anterior relato, ambos situados en la capital maña, y con esos títulos) en cuarentena al haber sido envenenada el agua potable. A partir de ahí, se convierte en una ciudad casi post-apocalíptica, en la que las relaciones humanas van cambiando, y los valores humanos van mudando conforme la situación se deteriora. Es decir, el punto de partida del relato realmente nos conduce a observar cómo cambia el comportamiento humano cuando las reglas del juego se trastocan.

PREMIERE, de Rubén Sánchez Trigos, está estructurada desde el punto de vista de una investigación, de un interrogatorio al único testigo/superviviente de una masacre. Un acomodador, ciego, contratado ex profeso para quemar la película al acabar la proyección. Pero el terror se desata, y se inicia la investigación; porque, además, anteriormente todo el equipo de grabación de esa película, había fallecido en extrañas circunstancias. ¿Cual es el secreto del filme; qué pasó durante la proyección del mismo?

LA SENDA INFINITA, de Jose María Tamparillas sigue con el tema cinematográfico iniciado con el anterior relato; asistimos al declive de un viejo director de cine, a sus horas finales. En este caso, en torno a una conversación/confesión, también rememoramos el rodaje de una película maldita, rodeada de infinidad de incidentes. Y, en este caso, son los fantasmas del pasado los que retornan para atormentar las pesadillas del viejo director, dado que no fue en absoluto, como su “confesión” indica, inocente de todo lo que ocurrió.

Terminamos con SECUENCIA, de Joe Álamo. El recopilador se guarda un hueco para su propio relato, en el que asistimos a un bucle temporal en la que alguno de los implicados es consciente del mismo, y lucha para poder romperlo, mientras que algún otro no cree en absoluto anda de eso, por lo que no prestará su ayuda, y el bucle seguirá. Además, ciertas confesiones hacen que el trato entre personajes sea aún más complicado, por lo que la salida del bucle se torna cuasi imposible. Ambientado en un bar, este relato, conociendo a Joe, podríamos emparentarlo con otros relatos e incluso novelas suyas; el bar puede ser el “famoso” "El Piojoso”, aparecido en "Penitencia", y en "El Enviado", así como en otros relatos sueltos del autor.

Acabamos así esta extensa reseña de esta muy buena recopilación; irregular, como siempre que se da una recopilación, máxime cuando esta se compone de varios autores; pero en este caso, como decíamos al principio, viene avalada por la selección de relatos previamente premiados, finalistas, o seleccionados, en diversos Certámenes, de prestigio tales como Ignotus, Domingo Santos, Calabazas en el Trastero, etc.

Cristina Pérez Moráis/J. Javier Arnau

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