Reseña de "PARAÍSOS CIBERNÉTICOS" en NGC3660
Ésta es la (magnífica) reseña que Francisco J. Velázquez ha realizado en la web NGC3660 del poemario PARAÍSOS CIBERNÉTICOS:(recorda que podéis adquirirlo en Alfa Eridiani, Cyberdark.net, o en las librerías que se indican en la web de Alfa Eridiani)
Ciborgs, tecnologías avanzadas, sociedades extintas, maquinas que toman consciencia, rebeliones, otros mundos o nuevos dioses, son elementos que podemos encontrar con asiduidad en las novelas de ciencia ficción. Lo paradójicamente extraño es encontrarlos, dentro de este género, en un libro de poesía. Este es el caso de Paraísos cibernéticos. No es el primero de los autores, que ya se habían lanzado, cada uno por su cuenta, a escribir otros libros de este género. Espero también que no sea el último, pero su escasa resonancia dentro del «mundillo» convierten a estas, permítanme decirlo, rebeldías literarias, en unas frágiles perlas que de no cuidarse pueden llegar a desaparecer.
Me encuentro frente a un libro con cuarenta poemas (no 39 como refleja el índice de contenido), donde no hay un orden establecido más allá de la alternancia de versos de uno y otro autor, pero sí una máxima final aglutinadora de ideas entre las que destaca una por encima de todas: una apocalíptica visión de sociedades amenazadas por una triunfal y avanzada maquinaria, sustituta natural a la humanidad en el proceso evolutivo. Máquinas que afrontando su recién descubierta consciencia entraran en la fatigante espiral de buscar respuestas entre la fe, los mitos y la ineficaz (para estas lindes) lógica de sus programaciones básicas.
Los poemas que el binomio formado por J. Javier Arnau y Carlos Sueiro Martínez han recopilado para este libro me hacen visualizar, como bien indica su título, paraísos. Pero no se equivoquen, si bien hay hueco a la esperanza (destaco como ejemplos “Perfecta” o “Crea un universo”), dentro del confín de detalladas visiones con las que nos asoman a hipotéticos futuros, la mayor parte del espacio-esfera literario que crean es… negro. Muy negro. Tan negro que es bello. Muy bello. Perdonen el atrevimiento pero es casi como si le dieran un tiempo muerto a Roy Batty (Blade Runner) y pudiera seguir contándonos todas aquellas cosas que él había visto y nosotros no creeríamos.
Siendo sincero he de decir que me costó más empezar a leer el libro que reseñarlo (y eso a pesar de la acertada portada de Luis Makianich). La elección de «Recuerdos» (con su referencia a 2001: Odisea en el espacio) entre los primeros poemas así como la mención a dos grandes autores como Lovecraft y Bukowski en otro poema me han llevado a leer el libro con más confianza. Mis, ahora admito, irracionales prejuicios hacia esta alianza de estilos tan diferentes, forjaron en mi cabeza la idea absurda de que tal unión, por atípica, no tenía visos de llenarme como lector. Gran error. ¿Es un libro para lectores de poesía o es un libro para lectores de ciencia ficción? Aún ahora no sabría decirlo. Creo que está en ese espacio intermedio en que tienen cabida aficionados de ambos estilos. Pero desde luego me llena y recomiendo leerlo. La poesía es algo muy personal. Tanto para el que la siente al escribir como para el que la exprime leyendo.
La, en ocasiones abrumadora, riqueza de terminología tecnológica que usan los autores, podría enterrar toda la poesía que encierran sus versos. Igualmente los poemas podrían intimidar al habitual lector de ciencia ficción, sin llegar este a profundizar, de una manera distinta, en la extrema relación Hombre-Máquina. Son posibilidades. Pero no tiene porque ser así. Hay que leer con mente aperturista (algo fácil para los habituales de ambos géneros). Hay que ahondar en sus versos impregnados de rabia, tristeza, fatiga, soledad y algo de esperanza para darse cuenta que es muy válido expresar sentimientos universales desde la belleza y la dureza de un lenguaje futurista y tecnológico.
No cabe duda de que habrá un largo, lento y difícil trayecto hasta que la poesía encuentre un hueco dentro del género de literatura fantástica y de la ciencia ficción, pero este es el único camino de lograrlo: Escribiendo. Y por ello aplaudo a estos dos autores.
Siendo sincero he de decir que me costó más empezar a leer el libro que reseñarlo (y eso a pesar de la acertada portada de Luis Makianich). La elección de «Recuerdos» (con su referencia a 2001: Odisea en el espacio) entre los primeros poemas así como la mención a dos grandes autores como Lovecraft y Bukowski en otro poema me han llevado a leer el libro con más confianza. Mis, ahora admito, irracionales prejuicios hacia esta alianza de estilos tan diferentes, forjaron en mi cabeza la idea absurda de que tal unión, por atípica, no tenía visos de llenarme como lector. Gran error. ¿Es un libro para lectores de poesía o es un libro para lectores de ciencia ficción? Aún ahora no sabría decirlo. Creo que está en ese espacio intermedio en que tienen cabida aficionados de ambos estilos. Pero desde luego me llena y recomiendo leerlo. La poesía es algo muy personal. Tanto para el que la siente al escribir como para el que la exprime leyendo.
La, en ocasiones abrumadora, riqueza de terminología tecnológica que usan los autores, podría enterrar toda la poesía que encierran sus versos. Igualmente los poemas podrían intimidar al habitual lector de ciencia ficción, sin llegar este a profundizar, de una manera distinta, en la extrema relación Hombre-Máquina. Son posibilidades. Pero no tiene porque ser así. Hay que leer con mente aperturista (algo fácil para los habituales de ambos géneros). Hay que ahondar en sus versos impregnados de rabia, tristeza, fatiga, soledad y algo de esperanza para darse cuenta que es muy válido expresar sentimientos universales desde la belleza y la dureza de un lenguaje futurista y tecnológico.
No cabe duda de que habrá un largo, lento y difícil trayecto hasta que la poesía encuentre un hueco dentro del género de literatura fantástica y de la ciencia ficción, pero este es el único camino de lograrlo: Escribiendo. Y por ello aplaudo a estos dos autores.
| J. Javier Arnau y Carlos Sueiro Martínez | Erídano. Alfa Eridiani | ISBN: 696 6538 | 49 págs. | 3€ | |
| Ilustración cubierta: Luis Makianich| Ed. Rústica| Marzo 2010 | |
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