DE TUMBAS Y ENTIERROS II
-Tuvieron que cerrar el cementerio, debido a la avalancha de solicitudes personales recibidas en los últimos días.
-Su alma vagaba perdida entre las tumbas del cementerio; en el pueblo hacía tiempo que se comentaba que aquel enterrador era un desalmado.
-Su cuerpo se separó de su alma; no se ponían de acuerdo esa tarde acerca de adonde ir. Como esto mismo les había pasado ya unas cuantas veces, decidieron estar un tiempo separados para reflexionar acerca de su relación.
-El mausoleo permanecía desierto; pronto regresarían sus ocupantes, o al menos eso esperaba el enterrador que les había permitido salir, pues si no iba a haber problemas bastante serios.
- La realidad le envolvía como un frío sudario, aunque esa era la realidad: estaba muerto envuelto en un sudario.
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