Reseña: EL FIN DE LA ETERNIDAD, de Isaac Asimov
Título: The End of Eternity (1955)
Autor: Isaac Asimov
Traducción: Miguel López Genicio
Portada: Michael Whelan Editorial:La Factoría de Ideas
Colección:Solaris Ficción (50) Páginas: 319 ISBN: 848896692X
Que levanten la mano los que no conozcan a Isaac Asimov y a su ingente obra… bien, los que la habéis levantado, podéis revisaros cualquier biografía del buen doctor. En la parte bibliográfica, podréis ver cronología y series. Dos grandes series por las que Asimov es conocido son la de las Fundaciones (Fundación, Segunda Fundación, Fundación e Imperio) y la de los Robots (Bóvedas de acero, El sol desnudo, Robots e Imperio, Los robots del amanecer, etc.). Décadas después de haber acabado la serie de las Fundaciones y la de los Robots, escribió nuevas entregas de las Fundaciones, que situó cronológicamente antes del primer libro de la serie: en estas entregas, utilizó un elemento que unificaba las dos series por las que era mundialmente reconocido y las unía, además, con otras más o menos relacionadas –como la serie del Imperio Galáctico (Estrellas como polvo/En la arena estelar, Las corrientes del espacio, Un guijarro en el cielo –en la que se nombra por primera vez a Trántor, capital del Imperio en Fundación–).
Ya tenemos unificadas y situadas cronológicamente las series de Imperio Galáctico, Robots y Fundación; pues bien, aún nos quedan novelas –y relatos– más o menos independientes, como ésta que nos ocupa. ¿Independiente?… más o menos.
Intentemos, primero, aclararlo. La Eternidad, una organización al margen del Tiempo, que existe en todos los tiempos. Los Eternos, que velan por el bienestar de todos los siglos, mediante cambios más o menos sutiles en las corrientes del Tiempo. La labor de ejecutar estos cambios, a pesar de reconocerse como necesaria, recae en unos hombres mal vistos tanto por los residentes en el tiempo normal –los pocos que serán conscientes de ellos–, como por sus propios compañeros en la Eternidad. Una vez se realizan los cambios, los temporales no tienen conciencia de ello, sino que ven su pasado como un fluir continuo.
Bien, ¿y qué relación tiene esto con las Fundaciones y los Robots?; ahora vamos a ello. El desenlace, debido a una serie de circunstancias que no desvelaremos pues os estropearíamos la lectura, conduce a un futuro Imperio Galáctico, con lo que fácilmente enlazamos con la serie
Imperio Galáctico <—> Robots <—> Fundaciones.
Y, si conocéis la obra de Asimov, veréis que en la cronología en que fueron escritas sucede:
a) En la serie de los Robots no existe el Imperio, aunque se empiece a vislumbrar.
b) En las series Imperio + Fundación no existen los robots… hasta que Asimov escribió años después las nuevas novelas de la Fundación, en las que con la inclusión de un robot enlazó las diferentes series.
En el libro que nos ocupa se comenta "El contrapunto temático a su trilogía de las Fundaciones"; bueno, en cuanto a temática yo lo enlazaría más con las de Robots. En estas últimas, hay una evolución de las famosas leyes robóticas,...
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