RELATO: EL SALUDO
Las mandíbulas de aquel extraño planeta azul estuvieron a punto de tragarse a la nave con toda su tripulación.
Evidentemente, tal maniobra del planeta pilló desprevenido a todo el mundo a bordo del cohete. Y no porque no les hubiera pasado anteriormente cosas similares, sino porque no esperaban nada parecido de un planeta azul. Y menos de uno tan frío, supuestamente incapaz de albergar vida inteligente, como parecía ser este, al ser el tercero a partir de su sol.
De todas maneras, intentaron solventar la situación sobriamente, dada su larga experiencia en el espacio profundo.
Desde el planeta llamado Tierra por sus habitantes, se sintieron defraudados al ver que su salva de saludo de fuegos artificiales universales era pasada por alto por aquella nave. La gran explosión planetaria, elegida por todos los pueblos como saludo, que se asemejaba a una gran flor, embelleció el cielo durante unos momentos; cuando su fulgor menguó, vieron que la nave había dado unos bruscos bandazos, como si se hubieran encontrado meteoritos en su trayectoria.
Pero en unos momentos, la alegría del primer contacto reapareció, pues vieron que desde la nave lanzaban unos fuegos de artificio en respuesta a su saludo.
Desde la nave, el capitán ordenó el contraataque contra aquel planeta que les había atacado. Un par de descargas serían suficientes —pensó—; pero era mejor no arriesgarse, y lanzó una salva completa.
Incluso, para mayor seguridad del tránsito en la zona, lo mejor sería destruir el sol de aquel sistema.
Comentarios